Hace mucho tiempo, se pensaba que fueron 300. Pero no, fueron 600 los fieros soldados espartanos que defendieron las Termópilas. Fornidos, marcando abdominales y bien depilados, estos guerreros hubieran seguido hasta el fin del mundo a su rey, Leónidas. Y es que Léonidas era mucho Léonidas. Más le hubiera valido al rey de los persas el saberlo antes de atreverse a invadir Grecia.
Una particular recreación de la batalla de las Termópilas, con mucho humor, mucha épica y el tradicional buen hacer de este autor gracias al cual se está enganchado a numerosos jóvenes lectores al mundo del cómic.