A Mobuko Tanaka nunca la han sacado a bailar. Siempre ha sido una chica callada y tímida, un personaje secundario en su propia vida. Pero ahora, con veinte años, Mobuko se ha enamorado por primera vez. El chico de sus sueños es Irie, un compañero del supermercado en el que trabaja.
En este octavo tomo, llega el invierno y se acerca la primera Navidad que Tanaka e Irie pasarán juntos como pareja. Los dos hacen planes para preparar juntos una tarta en casa de Tanaka.
Ambos están un poco nerviosos: es la primera vez que ella invita a un chico y la primera vez que él está en la habitación de una chica. En medio de todo esto, Irie-Kun se arma de valor y le pide que se besen por segunda vez...