Los geniales Arkadi y Borís Strugatski consideraban esta novela como la más lograda y relevante de su carrera. Fue dividida en dos líneas narrativas: la Administración y el Bosque.
El protagonista de la primera, el lingüista Perets, sueña desde la infancia con el Bosque. Trabaja en la Administración de Asuntos del Bosque, aunque no lo permiten entrar en él.
También quiere abandonar la Administración, y tampoco se lo permiten. Ante tal situación, no le queda sino observar abismado desde la altura de un precipicio cómo transcurre esa extraña vida en el lugar de sus sueños. Allí dictan órdenes disparatadas, hacen cálculos con máquinas estropeadas y obedecen a un director al que solo oyen por teléfono.