Asahi pasa las vacaciones de Año Nuevo en casa de la madre de Masato en calidad de “amigo”. En el hogar que lo vio crecer, Masato se ve asaltado por los recuerdos de su niñez y por las palabras de su madre, que le anima a vivir de la forma que él quiera, por lo que al final decide que algún día le contará la verdad. Asahi se dedica a observar los cambios que se producen en el carácter de Masato, pero, cuanto más lo cuida y más importante se vuelve para él, más lo atormentan los fantasmas de su pasado.