En este tercer volumen los sentimientos de Saki por Kanon empiezan a desbordarse, pero ¿será capaz de contenerse para que nadie los descubra?
Saki, en un momento de catarsis, ha descubierto que se siente atraída por Kanon, su compañera de clase. Por si esto fuera poco, un día Kanon se queda a dormir en su casa de manera inesperada y terminan entablando una conversación sobre sus futuros. Kanon entonces se abre con Saki y le confiesa algunos pensamientos que le rondan la mente últimamente: quiere ser capaz de ser más independiente, sin tener que depender de otra persona en todo momento. Tras este momento de confesión, Kanon se relaja tanto que acaba durmiéndose, cara a cara con Saki, quien no puede evitar dejarse llevar por sus sentimientos.
Aunque una parte de ella teme que esa pasión salga a la luz, le resulta imposible reprimir lo que siente.