ras haber vivido una vida relativamente tranquila en la Tierra y el mismo día en que cumplen sesenta y cinco años, 1.022 ancianos se enrolan en las Fuerzas de Defensa Coloniales, el ejército que lucha por la supervivencia de la humanidad en el universo. La vida en la Tierra transcurre sin demasiados contratiempos. Sin embargo, en el universo se está librando una guerra sin cuartel por los últimos planetas todavía deshabitados de la galaxia. El ejército que defiende la causa de la humanidad está formado por ancianos. Ancianos a los que se les da el cuerpo de un joven de veinte años.
Sin perder un ápice de los conocimientos y experiencias de su vida anterior, sus nuevos cuerpos les harán redescubrir sensaciones que la vejez había sumido en el olvido, sentirán de nuevo el vigor de la juventud, y la atracción, el deseo y el sexo recobrarán sentido.
Sin embargo, el precio que pagarán por semejante regalo es alto: viajarán a un lugar remoto e inhóspito donde lo único importante será luchar y tratar de sobrevivir. Y nunca se les dará la posibilidad de regresar a la Tierra.