Claustrofóbica y desternillante: una anciana le cuenta su vida a un ladrón adolescente atrapado en un lavabo.
Nada podía salir mal, pero todo salió mal. Un ladrón adolescente de catorce años entra a robar en la casa de una anciana de noventa y tres. Víctima de su exceso de confianza, el ladrón acaba encerrado en el lavaíbo con la anciana apostada al otro lado de la puerta. Esta mujer sola a la que nadie quiere escuchar se encuentra de pronto con un interlocuítor que no puede escabullirse y, durante cuatro días seguidos, se dedica a contarle su vida, con sus hitos y trivialidades: la relación que tuvo con sus padres, sus amores y desamores...
A ratos dramática y a ratos desternillante, la narración consiste en el iníterminable monólogo que la viejecita le suelta a su atrapado escuchador a traves de la puerta. Un tour de force genial y lleno de sorpresas hasta la última página, merecedor del Premio Clarín de Novela 2009.