Para escapar de los secuaces del campamento minero, Max y
Baia se pierden en la jungla. Baia guía, alimenta y trata a
Max. Al adentrarse más y más en este bosque tropical llegan a
los restos de un avión que se estrelló hace unos años. A bordo,
el esqueleto de un niño cuyas muñecas aún están atadas. ¿Será
este el naufragio de aquella vieja historia del secuestro de la
hija del jefe de la mina? Por su parte Christelle y Charlotte
huyen en dirección a Corinne. Salen del dispensario donde
abandonan un cadáver. Buscadas, las dos enfermeras pueden
contar con la ayuda de Rego, un viejo policía de la región con
un pasado dudoso. Este álbum es un cruce de matones,
cazadores de tesoros y viejos secretos enterrados.