1939, en el Somme, Francia. La joven Madeleine vive feliz con sus padres maestros y su abuelo hasta que estalla la Segunda Guerra Mundial, el éxodo alcanza a la familia y la adolescente con tuberculosis es enviada a un sanatorio en los Alpes. Desde entonces, Madeleine se decide a llevar a cabo un proyecto loco y necesario: luchar contra la ocupación. Comprometida con la resistencia antes de la mayoría de edad, torturada y condenada a muerte por la Gestapo, Madeleine Riffaud testifica por primera vez en forma gráfica contra la barbarie nazi. Jean-David Morvan ha recogido las palabras de una memoria que no ha olvidado nada y Dominique Bertail la ha plasmado en imágenes con sensibilidad y precisión. Este es el primer acto de una trilogía excepcional que, más allá del cómic, se revela como un manifiesto combatiente al servicio de la libertad.