Quino escudriñó en su monumental obra gráfica cada rincón de la condición humana, y retrató como nadie las edades del hombre y sus misteriosos designios en la Tierra. Pero si hubo una edad a la que dedicó su mirada más mordaz, desprejuiciada e irreverente fue sin duda la vejez. SSus ancianos, que se encuentran en el "otoño de la vida" o tal vez en la "primavera de la muerte", son tiernos, irascibles, filósofos, desprejuiciados, y aparecen en sus viñetas llenos de un vigor exultante y de un humor a prueba de bombas.
De Senectute es una nueva muestra del genio inagotable de Quino y de su capacidad de hacernos reflexionar sobre nosotros mismos.