Mientras Elayne y Nynaeve, con la ayuda de Detectoras de Vientos y las Allegadas, ponen en funcionamiento el Cuenco de los Vientos, Perrin se encuentra en Ghealdran para conseguir que la reina Alliandre respalde públicamente al Dragón Renacido.
Rand continúa en Illian, intentando pacificar el paós, cuando recibe la noticia de que los Shaido están esperando el caos provocado por los Juramentados del Dragón. El tan deseado cambio climático, propiciado por el Cuenco de los Vientos, provoca bruscos cambios de temperatura que dificultan el desplazamiento de tropas. Por ello Rand decide hacer frente a los seanchan en las costas de Illian, con el fin de frenar el avance del ejército invasor. Pero Rand no tendrá que luchar únicamente contra el enemigo.