Hay historias en las que Batman hace honor a uno de sus célebres apodos, “el Mejor Detective del Mundo”, pero seguramente ninguna etapa de toda su trayectoria es tan rica en ellas como la que comprende este volumen. Las tramas policíacas que la conforman —inicialmente a razón de una por episodio, aunque progresivamente más imbricadas en el argumento general de la serie— plantean enigmas frente a los que el lector dispone de la misma información que el propio Hombre Murciélago, de modo que la resolución de cada caso supone un reto no solo para Bruce Wayne, sino para cualquiera que lo observe todo desde más allá de las páginas del cómic. Y lo cierto es que el cierre de las pesquisas nunca decepciona... aunque quienes se impliquen sean aliados curtidos —como Zatanna, Catwoman y Robin—, nuevos villanos ideados expresamente —por ejemplo, Fachada, Vox y la Ventrílocua— o viejos conocidos de la galería clásica de Batman, entre ellos el Pingüino, Hiedra Venenosa, el Acertijo... y el Joker.
Paul Dini (Nueva York, 1957) es uno de los guionistas más ingeniosos y brillantes que ha tenido Batman en su historia, y no únicamente en el ámbito del cómic. Creador de Harley Quinn junto a Bruce Timm, su afecto por ella sale a relucir en los memorables episodios de este tomo en los que aparece, pero cada página destila también su profundo respeto y conocimiento de la batmitología en pleno. Su aportación a Detective Comics se completa con los volúmenes La resurrección de Ra’s al Ghul y Corazón de Silencio. Y aquí se le suman talentos de la talla de los escritores Peter Milligan, Stuart Moore y John Rozum, aparte de dibujantes como J.H. Williams III, Don Kramer, Dustin Nguyen y Andy Clarke.