Japón, en la actualidad. Con el fin de protegerle de la violencia de la banda a la que pertenece, Yoshi es confiado por su abuelo a un maestro tatuador. Este enseña con paciencia a Yoshi un oficio artesanal preciso, transmitiéndole el dominio del Tebori, una técnica manual de tatuaje tradicional. Tras una agresión, el maestro le confía la tarea de tratar con clientes discretos pero particularmente peligrosos: la Yakuza.