Se acaba el verano y Dead River, un pueblecito costero de Maine, vuelve a la normalidad y a la tranquilidad.
Carla ha conseguido que sus jefes le dejen alquilar una cabaña en el campo (cerca de Dead River) para terminar su libro. Ella ha invitado a varios amigos a pasar su primer fin de semana en esta casa idílica. Jim, Nick, Laura y Marjorie, la hermana de Carla, viajan desde Nueva York.
Nadie imaginaba que la cabaña era uno de los escondrijos de una familia de salvajes caníbales que vive en una cueva sobre un acantilado desde hace algún tiempo y que es la responsable del gran número de desapariciones de personas de la zona, que traen al jefe de policía Peters de cabeza.