«Estamos jugando a un juego. Un juego sin reglas ni límites».
Después de experimentar la más terrible de las tragedias, la siquiatra Meredith McCall se siente a la deriva. Cuando se encuentra con Gabriel, un hombre con el que comparte esta conexión trágica, no puede creer que sea feliz, ¿cómo puede actuar como si nada hubiese pasado? Observarlo, seguirlo, será su obsesión. Necesita entender. Hasta que un día Gabriel entra en su consultorio como paciente sin saber quién es ella. Sabe que tratarlo trasciende todos los límites éticos y morales, pero ¿y si encuentra todas las respuestas que necesita? ¿O podría ser su perdición?