Cuando parecía que las ideas de la hermandad habían calado en Yuji, se descubre que la luz aún no se ha extinguido en su mirada.
Ahora se enfrenta a la secta desde dentro, mientras que su viejo amigo Uozumi lo hace desde fuera junto a un grupo de compañeros de la Policía. Por su parte, Imanami, que ejerce de sicario de la hermandad, también se pone en marcha. Cada revelación viene acompañada de un nuevo misterio, y la verdad sobre los fanáticos de la hermandad apenas se empieza a atisbar.