No se puede cambiar el pasado, pero el futuro todavía está por escribir
Tras pasar por un gran bache personal, Zoe se ha mudado al Reino Unido, donde trabaja como enfermera en la residencia de cuidados paliativos Los Robles.
Ella mejor que nadie sabe cuánto consuelo pueden brindar las últimas palabras de alguien, por lo que se ha convertido en una auténtica coleccionista de secretos: transcribe las últimas palabras de los pacientes para hacérselas llegar a sus seres queridos. Aunque a Ben, su nuevo jefe, no le hace ninguna gracia que Zoe se involucre tanto con los residentes...
Mientras afronta su pasado y el dolor de su propia pérdida, el corazón de Zoe comienza a sanar. Pero ¿será capaz de recomponerse cuando su mundo vuelva a romperse en mil pedazos?
Confesar nuestros secretos podría cambiar la vida de quienes amamos
«Uno de los libros más inspiradores y optimistas que he leído.»
«¡Qué historia tan bonita y llena de esperanza! No te la puedes perder.»
«Conmovedora. Los personajes son maravillosos.»