Tras el doble cataclismo de la batalla de Hattin y la conquista de Jerusalén por Saladino (julio y octubre de 1187 respectivamente), las comunidades cristianas de ultramar quedaron reducidas casi a la nada, lo que suscitó la llamada a una nueva cruzada (la Tercera) con el objetivo de reconquistar los Santos Lugares. A la llamada respondieron un emperador (Federico I Barbarroja) y dos reyes (Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León, de Inglaterra). En este primer número dedicado a la Tercera Cruzada abordamos la espectacular campaña militar del primero de ellos, que le llevó a atravesar los Balcanes, Bizancio y la Anatolia selyúcida en un larguísimo viaje plagado de peligros, asedios y batallas y saldado con un sorprendente final.