En el verano del año 490 a. C. un poderoso ejército persa desembarcó en Grecia continental, en una localidad llamada Maratón. Su propósito era castigar lo que por entonces no era sino una diminuta e insignificante ciudad llamada Atenas. Contra todo pronóstico, en el enfrentamiento que vendría a denominarse la batalla de Maratón el todopoderoso ejército persa fue aplastado, insuflando ánimo a toda la Hélade que, en adelante, conservó su independencia y pudo avanzar con firmeza en la senda de progresos políticos, sociales, artísticos y culturales que hoy admiramos.