Afirmar que Stalingrado es la batalla por antonomasia sería negar un lugar de honor a tantas otras a lo largo de la historia, pero no se puede dejar de subrayar una particularidad trascendental: esta contienda inaugura el combate urbano en un sentido moderno y lo hace a una escala virtualmente irrepetible, que pocos ejércitos en contados conflictos podrían haber sostenido.
El asalto de la Wehrmacht es el primero de una serie de números que dedicaremos en Desperta Ferro a la inabarcable batalla de Stalingrado. Para ganar en profundidad, nos centramos en las primeras semanas de lucha, entre septiembre y mediados de octubre, dentro de la ciudad. Es al acercarnos con este grado de detalle cuando asoman las lagunas de información sobre la batalla, lo que hace precisamente que la interpretación de este acontecimiento humanamente sobrecogedor sea, desde el punto de vista histórico, apasionante.