La escritura es una de las partes más bonitas del japonés, pero a menudo es también uno de los principales desafíos de los estudiantes del idioma. En especial, el aprendizaje de los kanji genera detractores y despierta pasiones por igual.
El potencial de los kanji es enorme. Cada ideograma tiene significado por sí mismo y transmite la idea del elemento que representa. La verdadera magia surge al unir dos, tres o cuatro kanji para formar nuevas palabras o expresiones idiomáticas, como en el caso de los yojijukugo, esto es, palabras compuestas por cuatro kanji. En este libro aprenderemos 80 yojijukugo (refranes) a través de las esclarecedoras enseñanzas de Takeshi-sensei y las impresionantes ilustraciones de Mitsuru Nagata.