¿Qué sucede cuando eres un niño grande, barbudo, pelirrojo y desaliñado, que vive para la aventura, el saqueo, las guerras y los amigotes, que no entiendes lo que significa la lectura ni te interesa nada más allá que gozar con tu tripulación de la vida alegre de todo vikingo en esa Edad Oscura donde ni tu familia te comprende ni tus marinos son necesariamente los aguerridos piratas que tú quisieras?
Ah, Hagar, bien lo sabes: ¡Sucede que las risas están aseguradas!