Miquel Mena y Boro se disponen a abandonar el frente belga cuando el ejército francés solicita su ayuda:
Deben entrar en el Imperio Austrohúngaro, en pleno corazón de Europa, para sumarse a una facción de nobles que están dispuestos a firmar el armisticio, si su favorito como heredero se hace con el trono imperial.
Sería el final de la guerra, pero hay otra facción de la nobleza austriaca y un misterioso marqués, que dispone de un ejército privado, a los que interesa que el conflicto armado continúe.
Miquel Mena y Boro se encuentran, literalmente, entre dos fuegos.