Transformar la lectura de antes de dormir en una clase de gramática o en una fábrica de pesadillas, rivalizar en puerilidad con los hijos, enseñarles todo tipo de tonterías, ganar con trampas y desafiarles a quién lo hace peor... ¿Guy Delisle, autor de obras como Shenzhen, Pyongyang, Crónicas birmanas y Crónicas de Jerusalén, un mal padre? No, simplemente un autor de historietas que busca las ideas allí donde se encuentran y las adereza con un agudo sentido de la observación y una gran capacidad para reírse de sí mismo. Guy Delisle juega de nuevo en este tomo 3 de la serie con nuestro sentimiento de culpa y se adjudica, para mayor disfrute de sus lectores, el papel de padre irresponsable y canalla. Delisle se divierte pervirtiendo el imaginario infantil y actúa como un adulto mezquino ante sus hijos sin prestar atención a las consecuencias de su proceder y del contenido de las historias que les cuenta.