Rosinski y Dufaux nos hacen retroceder a la época de los castillos y los caballeros, del honor y la verdad, de las artes oscuras y las conspiraciones. Sioban, la joven heredera de los Sudenne, debe limpiar el honor de su familia, proteger sus tierras y hacer frente al enemigo. Ahora que ha sonado la balada de las landas perdidas, el destino de Eruin Dulea ya no puede cambiarse.