Hace más de dos mil años, Judas Iscariote, uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, vendió al hijo de Dios por treinta denarios de plata. La Biblia dice que, al arrepentirse, se ahorcó con las treinta monedas. ¿Pero y si no fuera cierto? ¿Y si Judas continuó vivo, cargando con la culpa hasta su muerte?.