Thor: Dios del Trueno, analizamos el Thor de Jason Aaron
Jesús Delgado
-
“Thor: Love and Thunder” se acerca. Con motivo del estreno de la película de Taika Waititi, analizamos la etapa en cómic de “Thor: Dios del Trueno” de Jason Aaron.
-
-
Julio de 2022 será un mes caluroso, pero también será el mes de Thor. Taika Waititi (“Lo que hacemos en la sombras”, “Thor: Ragnarok”) regresa para contarnos una nueva película del Dios del Trueno de Marvel, encarnado nuevamente por Chris Hemsworth.
“Thor: Love and Thunder”, que así se titulará la película, rompe respecto a sus predecesoras y apuesta por la adaptación de un material relativamente moderno. Para ello, toma como base la dilatada etapa de Jason Aaron frente al personaje a lo largo de varias colecciones. Las cuales, por cierto, puedes encontrar en los 6 tomos de “Thor de Jason Aaron” publicados por Panini en España.
-
-
Por nuestra parte, nos disponemos a reseñar, poco a poco, estos volúmenes, esperando que con ello te entre el gusanillo y le des una oportunidad a esta magnífica saga que se compone de lo mejor de Thor del Siglo XXI. Con permiso del de. J.M. Straczynski y del de Fraction, claro.
De este modo, en el siguiente artículo te proponemos una doble reseña de los tomos “El Carnicero de Dioses” y “El Maldito”, los cuales sirven de arranque a toda esta etapa y recopilan la colección completa de “Thor: Dios del Trueno”.
Esta, a su vez, resulta importante no solo porque su principal antagonista, Gorr, será el villano de la próxima película, sino porque este personaje, encarnado por Christian Bale, también será la piedra angular sobre la que se cimentará toda la saga del personaje hasta sus últimas consecuencias, narradas en el evento de “La Guerra de los Reinos”.
Pero vayamos paso a paso. Empecemos analizando la historia que dio pie a una de las épocas más convulsas para el Dios del Trueno, que se tradujo en la pérdida de su dignidad y de su gracia.
-
El hombre que mató a los dioses
-
“El Carnicero de Dioses” es el primero de los 2 volúmenes que nos ocupa en este artículo de doble reseña. En su interior encontramos el arco completo dedicado a Gorr y que se narra entre “Thor: God of Thunder #1” y #11, así como un decimosegundo capítulo que nos sirve de episodio puente con el siguiente volumen. Se trata de un volumen escrito por Jason Aaron y dibujado, principalmente, por el croata Esad Ribic, cuyo trabajo frente al “Loki” de Robert Rodi es credencial fehaciente de su calidad plástica.
-
-
La trama plantea la (re)aparición de un misterioso personaje del pasado de Thor llamado Gorr, al que se le apoda “El Carnicero de Dioses” por motivos más que evidentes. Este ser, al que el Dios del Trueno daba por muerto, resurge después de varios siglos. Y lo hace asesinando a su paso y de forma despiadada a los dioses de numerosos mundos.
Dispuesto a detenerle, Thor se embarca en una cacería que lo conduce hasta los confines del universo conocido, pero también le obliga a cruzar las edades, iniciando una epopeya que sacudirá los cimientos del espacio y del tiempo cuando se vea obligado a cruzar sus pasos con sus yoes pasados y futuros.
Y hasta aquí, la sinopsis. No te haremos más destripe por si todavía no te has leído esta aventura. Ahora bien, después de la siguiente imagen procederemos a la review propiamente dicha.
-
-
Empezaremos diciendo que “Thor: El Carnicero de Dioses” es una golosina envuelta en un burdo embalaje. Debido a su formato, un ojo inexperto podría dejarse llevar por el prejuicio de que tiene en las manos un “tomo iniciático más”, con el que la editorial de turno quiere hacerle picar a uno para caer enganchado al resto de la colección. Y algo de eso hay, porque es el arranque de la etapa, pero la obra trasciende su formato episódico original y adopta una forma y un fondo mucho más elaborado.
Entre las muchas virtudes de este tomo está la atemporalidad y la tempestividad. Se trata de un cómic idóneo para iniciarse en la lectura de Thor sin necesidad de conocer sus múltiples resurrecciones, versiones alternativas, pasadas y futuras.
Este arco de Thor es un relato contenido en sí mismo que bien podría tutearse con las mejores Original Graphic Novels de Marvel debido a su calidad argumental y visual. Pero vamos a ir desgranando sus virtudes.
-
-
Tomando como punto de partida algunas ideas que vimos en el Thor de Fraction, Aaron elucubra una tragedia en tres actos que enfrenta el concepto de los dioses en sus formas más clásicas con la idea filosófica de “matar a Dios”. Pero no es una forma metafórica de hablar. No, los dioses se enfrentan a su antítesis literalmente hablando.
De este modo, Aaron se centra en Thor como eje de este relato narrado en tres etapas de su vida (juventud, madurez y senectud). En sus distintas encarnaciones se enfrentará con la encarnación de una pregunta que el hombre moderno se hace de forma cada vez más frecuente: ¿necesitan los mortales a los dioses? O, por el contrario, ¿son los dioses los que dependen de los mortales para perpetuarse?
Partiendo de esta cuestión prestada de Nietzsche, Aaron plantea un enfrentamiento entre un antagonista misoteísta (que odia a los dioses) y el paradigma utópico y positivo de lo que debería ser un dios guerrero y protector. Sin embargo, el quid de la cuestión es que esta vez Thor no lucha contra el antagonista para proteger a la humanidad, sino a su propia “especie”. Es decir, a los dioses de todo el universo.
Este marco en el que se dibujan los objetivos e intenciones de héroe y adversario a su vez desarrolla otra idea del citado filósofo alemán: “Quien con monstruos lucha…” Pues el propio desarrollo del antagonista se elucubra como una suerte de tragedia griega, haciendo que Gorr se eleve de la condición de villano a la de anti-héroe que acaba destruyéndose a sí mismo, a pesar de la legitimidad de sus pretensiones.
-
-
Con este juego narrativo que aúna épica con un discurso de corte filosófico, el autor nos mete de lleno en una ópera cósmica a la que el propio Wagner podría haber puesto banda sonora. Sobre todo porque llega un momento en el que podemos paladear la tragedia que arrastra a los dos polos del relato. Y, desde nuestro asiento de espectadores, comprendemos que no estamos asistiendo a un grandilocuente relato maniqueo, sino a un contrapunto de posiciones no exentas de paradojas y contradicciones que lastran a los dos personajes enfrentados.
Por eso mismo, la propuesta de Aaron trasciende el concepto puro de “cómic de superhéroes” y aborda un terreno intelectual muy sólido. Que, además, su conclusión nos pueda dejar satisfechos sin necesidad de continuar la colección es un valor adicional que se suma al hecho de que este no es necesariamente un cómic para el fandom de grupo duro.
Como un título enmarcado en el soft-reboot de Marvel Now!, la obra está pensada como punto de entrada al personaje. Y eso implica que no requiere ni haber leído las numerosas décadas de vida editorial de Thor ni conocer los recovecos de su mitología. Tampoco nos obliga a seguir leyendo. Pero, eso sí, nos deja con ganas de saber qué ocurre a continuación en el siguiente tomo.
-
-
Sobre todo, porque a nivel visual es una delicia. Esad Ribic exhibe unos lápices y unas acuarelas mucho más elaboradas y trabajadas, si cabe, que en la de su laureado “Loki” (obra prima hermana de la que nos ocupa). Tanto a nivel de línea, como a nivel de color y luces, el dibujante nos conduce del tiempo de la mitología escandinava, cuando los dioses caminaban con los hombres, a una epopeya de corte metafísico en un escenario de apocalipsis cósmico.
Ribic era el dibujante señalado para plasmar el discurso de Aaron y así lo demuestra en cada viñeta, a cada cual más cargada de energía. En sus dibujos, el mundo de la mitología toma vida. Y vemos una fuerza impresa en sus retratos hiperrealistas que, muchas veces, nos parece que las ilustraciones se vayan a salir del papel.
Que, además, Ribic saque pecho con el uso de los colores, haciendo más grandilocuentes sus tintas, que podemos disfrutar en los apéndices del tomo, no nos hace sino abrir la boca pasmados en secuencias perfectamente definidas, ágiles y bien estructuradas.
-
-
Por todo ello concluimos que estamos ante una obra maestra. De lo mejor de la series de Marvel Comics durante el evento de Marvel Now!, y que merece figurar en las estanterías de todo aficionado a los cómics.
-
Un puente con homenaje a los clásicos
-
El siguiente epígrafe lo dedicamos “Thor: El Maldito”, un título que hace referencia en concreto a Malekith El Maldito, el rey de los elfos oscuros. Precisamente fue este personaje quien sirvió de antagonista de Thor en las películas justo en 2014, año en el que se publicaron los dos arcos argumentales que contiene el tomo que ahora nos ocupa. Por lo que, al menos, una de las dos historias obedece a aquella manida táctica marketiniana de publicar cómics con villanos o personajes que aparecían en la película de turno para hacer coincidir tebeos y peli.
Pero no adelantemos, vayamos paso a paso.
-
-
“Thor: El Maldito” es un tomo que rompe con el espíritu del anterior volumen. Ya se conforma como la prolongación de la trama formando relato más largo con conexiones en colecciones futuras y siembra de eventos que se van desarrollando a lo largo de varios años de publicación posterior.
Así, Jason Aaron fundamenta este volumen en dos arcos principales. El primero es, propiamente, “El Maldito”. Este es un homenaje al Thor clásico, y en particular al propuesto por Walter Simonson, con un poso de Fantasía Épica muy definido, que viene dibujado por Ron Garney (“Lobezno: Adiós Chinatown”). El otro es “Los últimos días de Midgard” y supone el regreso de Esad Ribic a la colección para contar el desenlace de esta de cara al evento de “Pecado Original”. Tras este último, se dividieron las aventuras de Thor entre las colecciones de “Thor: Diosa del Trueno” y “El Indigno Thor”.
Es decir, este tomo podría tomarse como el final del primer capítulo de una trilogía formada por los 4 siguientes volúmenes de la colección del “Thor de Jason Aaron”, en donde Thor Odinson, privado de su martillo, y la Poderosa Thor de Jane Foster compaginan sus respectivas aventuras antes de la conclusión de esta etapa y del inicio del evento de “La Guerra de los Reinos”. Aunque esto último todavía queda lejos.
-
-
Por lo que a nosotros respecta tras analizar este tomo, debemos tomar estas historias ya como un puente entre el brillante tomo anterior y los dos arcos paralelos que vendrán posteriormente. Sus relatos obedecen a la necesidad de hacer un cambio radical en la balanza de poder en los Nueve Reinos, al tiempo que toma distancia de la propuesta de Matt Fraction durante su etapa en Thor para devolver al Dios del Trueno y a sus aliados su faceta mitológica, alejándolos nuevamente de la Tierra.
Así, “El Maldito” es el preludio temprano del citado “La Guerra de los Reinos”, preparando el escenario para el evento cósmico, con un fondo de corte político, muy al estilo de “Juego de Tronos” con trasfondo tolkiano. En tanto “Los últimos días de Midgard” allana el terreno de cara a la pervivencia de “dos dioses del trueno” en paralelo, mediante un relato de crítica medioambiental que pone fin a la serie. Y todo ello, jalonado por un episodio paréntesis y un epílogo con el que despedir temporalmente al “Thor anciano”.
De ahí que en un primer vistazo parezca que argumentalmente estemos ante una “prolongación menor” del trabajo inicial de Aaron frente al personaje. Sin embargo, un segundo examen revela que se trata de una proyección de un plan a largo plazo que imbrica con las necesidades de la editorial entre eventos de la continuidad y las demandas de los estrenos cinematográficos.
-
-
Yendo más lejos, ponderamos que Aaron y sus ilustradores rinden tributo al Thor más clásico al tiempo que cimentan una saga mayor, habiendo de deshacer el trabajo de sus antecesores para plantear un Thor acorde a la línea editorial de Marvel de su momento. Gracias a ello, pueden tratar temas actuales en paralelo a la cuestiones centrales de las aventuras del personaje. Como resultado, tenemos en este tomo un año entero de heterodoxa producción y un discurso que solo se comprende del todo cuando se relee tiempo después.
Aun así, hemos de señalar la idoneidad de los ilustradores, cuyo trabajo no rompe con lo propuesto en el volumen 1 del “Thor de Jason Aaron” y mantiene una calidad visual de primer nivel.
Posiblemente, como conclusión saquemos que este volumen de “El Maldito” no es el mejor de toda la antología de Jason Aaron dedicada a Thor. Con “thordo”, lo disfrutamos bastante y nos deja con ganas de saber qué vendrá a continuación. Quizá su mayor problema sea el de su dependencia final del evento de “Pecado Original”, cuyos episodios tie-in dedicados a Thor y al origen del Décimo Reino están descatalogados actualmente.
-
Que todo cambie, para que todo siga igual
-
Marvel lo vuelve a hacer, incurriendo en el vicio de la industria del cómic: mediante un revolucionario cambio en la balanza de poder, se nos promete que todo va a cambiar y que va a ser una época cataclísmica, que traerá nuevos aires.
Y, efectivamente, todo cambia. Pero, al final, todo sigue igual.
Sin embargo, lo importante no es tanto la finalidad como el viaje, el cual disfrutamos como enanos a lo largo de estos dos volúmenes que te hemos reseñado. En esencia, creemos que Taika Waititi solo habrá tomado algunos elementos centrales del núcleo de la historia del primer volumen para fabular su “Thor: Love and Thunder”. A su pesar, si tan solo araña los puntos clave del relato del volumen de “El Carnicero de Dioses”, será más que suficiente para plantearnos un magistral desenlace para el Thor de Chris Hemsworth en el cine.
-
-
Por último, nos despedimos, recordándote que en Akira Cómics somos unos adictos al cómic y todo lo que sea Noveno Arte. Por eso mismo, si te ha gustado esta reseña te invitamos a visitarnos en nuestra tienda y que nos preguntes todo lo que necesites saber sobre Thor y otros grandes personajes de Marvel Comics.