Reseña de The Clone Wars: The Final Season

“The Clone Wars” ha terminado. Y no nos estamos refiriendo a la maravillosa serie animada de “Star Wars: Las Guerras Clon” de Genndy Tartakovsky (a la cual dedicamos un artículo muy interesante que deberías leer). Hablamos de la segunda versión, la canónica y actual, realizada con animación digital que, tras más de 10 años de vida y una accidentada emisión, ha concluido, hilando con todo el canon actual de La Guerra de las Galaxias según la era Disney.

El día 4 de mayo, el May the 4th, Disney + emitió el último episodio de la séptima y conclusiva temporada, titulado “Victory and Death” (“Victoria y Muerte”). Con él acaba su desenlace, el arco argumental que enhebra directamente tanto con la novela “Ahsoka” como los eventos del “Episodio III: La Venganza de los Sith”.

Y si bien, por motivos de formato, la última temporada de “The Clone Wars” no puede entrar en nuestro ranking de películas de Star Wars, sí creemos que debemos dedicarle varios párrafos para hablar de lo bueno, de lo malo y, ya que estamos, de la trayectoria que ha tenido esta serie desde 2008 hasta hoy.  Sigue leyendo, que vamos con ello.

Ante todo, al ver esta séptima y última temporada de “The Clone Wars” hemos de tomarla como un proyecto no planificado, bienaventurado y, quizá, algo improvisado. Es decir, efectivamente, su trama formaba parte de elementos que se pretendía desarrollar en la serie en algún momento, pero que quedaron en el aire en 2013, tras su cancelación, lo que obligó a que numerosos arcos argumentales, como los que figuran en esta temporada, se quedaran “colgando”.

Recordemos a que, debido a esta cancelación, se logró salvar algunos capítulos, que dieron luego lugar a la sexta temporada (conocida como “The Lost Mission”). Esta trató de ser la despedida digna, recuperando 3 arcos argumentales que habían quedado en producción y contando con ellos algunos elementos que pretendían ser el epílogo de la serie.

En tanto, cómics como “Darth Maul: Hijo de Dathomir” o la novela “Discípulo Oscuro” servirían para aclarar el destino tanto del ex - aprendiz de Sith como de la Hermana de la Noche Asajj Ventress, dando carpetazo también a sus historias y a su destino.  Y, mientras, la acción avanzaba y sabíamos del destino de otros tantos personajes (como la propia Ahsoka o los clones Rex, Wolffe y Gregor) por la serie animada de “Star Wars Rebels” (que sirvió a su vez para reintroducir a Thrawn en el nuevo canon) o la película de “Han Solo”, con su “cameo sorpresa”.

Teniendo en cuenta esto, hemos de ver esta última temporada como un regalito a los fans que viene a hacer las veces de puente y a unir todo lo que se contó en estas novelas, películas y series, sirviendo de eslabón y puente entre las seis temporadas originales de “The Clone Wars” y el “nuevo Universo Expandido” de Disney. Es decir, nos presenta hechos a los que se había aludido, pero que no se habían desarrollado: La presentación de “The Bad Batch” (“La Remesa Mala”), el asedio de Mandalore o de cómo Ahsoka fingió su muerte.

A su vez, esta séptima y última temporada de “The Clone Wars” adopta una forma de cierre de círculo. Es decir, la serie comenzó con Ahsoka (durante la mal recibida película) y termina con ella, enviando un cierto mensaje de que esta era su serie y la aprendiz de Jedi su protagonista espiritual. Pero lo hace hilando con el Episodio III y con sus eventos, dotando al relato de todo sentido y siendo acorde con los mitos hasta ahora.

Para ello, divide la acción en 3 arcos argumentales diferenciados, de los cuales el más impresionante es el tercero y último (aunque admitimos que la aparición de la Fuerza Clon 99, La Remesa Mala, es espectacular). El motivo por el cual señalamos que este último arco es, sin duda, el plato fuerte no solo de la temporada, sino también de toda la serie, es por sus lazos con La Venganza de los Sith y el desarrollo de la Orden 66 desde el punto de vista de los clones y de la propia aprendiz de Anakin Skywalker.

Formalmente, este arco rompe abruptamente con la cabecera típica de la serie, imitando los seriales de space opera de los años 40 y los informes militares propios de dicha época, y apuesta por retomar el tema principal de Williams, en tanto que sus títulos de crédito cambian abruptamente para adoptar un aspecto cercano al de las películas de la Saga Skywalker.

A nivel de producción, el cuidado y mimo que ha habido en ellos es excepcional. Hasta el punto de que Ray Park sirvió para capturar el movimiento del Maul animado, consiguiendo unos resultados impresionantes en su puesta en escena.

De la mano de eso, hemos de señalar que en estos episodios hemos visto la mejor calidad de animación digital conseguida hasta el momento, todavía muy por delante de lo que “Rebels” sofisticó mucho en su momento. Y, para que podáis comprobarlo, os recomendamos quedaros hasta la escena final, en la que el diseño de los personajes, los efectos visuales y la dirección de la secuencia son simplemente bru-ta-les.

Por tanto, en conjunto, podemos decir que sí, que esta última temporada es una golosina y que se trata de un ejercicio de fanservice gratuito, pero tremendamente grato y bien llevado. Si bien aceptamos que su estreno no era “necesario” a estas alturas, en las que se habían contado ya, a grandes rasgos, lo que sucedía en ella, su producción y estreno es un canto de amor a los fans.

Alabamos también el hecho de que, además, se cuide de incluir guiños al nuevo canon, como la presencia de Gar Saxon (líder mandaloriano bajo el Imperio) o de Dryden Vos (capo del Crimson Dawn en “Han Solo”). Ambas son apariciones muy gratas, como lo es cameo del Príncipe Xízor, Señor del Sol Negro y antagonista principal de la novela del viejo UE “Sombras del Imperio”.  Y eso, sin mencionar las referencias a hechos de las primeras temporadas, cuyos efectos y consecuencias se dejan sentir en esta última.

Ahora bien… quizá pequemos de leguleyos, pero el principal defecto en esta temporada que encontramos es el de algunos fallos de retrocontinuidad, que vienen desdiciendo algunos hechos establecidos y narrados. Citando algún ejemplo, señalamos cómo desdice el prólogo de la novela de Ahsoka o que la reacción de esta al volver a encontrarse con Maul en Rebels resulta poco consecuente. Sea como sea, estamos seguros de que los fans más detallistas encontrarán alguna incongruencia más.

Dicho esto, concluimos diciendo que sí, que “The Clone Wars: The Final Season” ha sido uno de los grandes aciertos de Star Wars en la época Disney, junto a “The Mandalorian” (cuya reseña de su primera temporada se encuentra en nuestro blog), y que ojalá tengamos más productos como ella.

No queremos despedir este texto sin hacer una retrospectiva. En muchos sentidos, la serie de animación digital de “The Clone Wars” ha sido, durante mucho tiempo, el patito feo de Star Wars, estando tan denostada entre los fans casi tanto como el Episodio I y el II. En gran medida, este rechazo se debió en su momento al estreno de la película en cines en 2008, un producto que servía de prólogo a la primera temporada de la serie.

Al margen del rechazo por parte de un sector misógino hacia el personaje de Ahsoka, ciertamente, la película no era “precisamente” un dulce para el fan. La animación digital distaba mucho de estar al nivel actual y el guion estaba orientado a los más pequeños de la casa. Esto, aunado a unas traducciones espantosas y a una dirección de doblaje regulera, hicieron que más de un fan veterano renegase de la serie y se acantonara en el búnker de “No hay más Star Wars que la trilogía original”.

Ciertamente, a la serie le costó mucho despegar, debido a que mantuvo ese tono infantil-juvenil un par de años y a que sus arcos argumentales no se estrenaron de manera cronológica al menos hasta su tercera temporada.

Este caos en la emisión y el hecho de que sus relatos invalidaban lo contado en serie original de Tartakovsky y los cómics de Guerras Clon de Dark Horse, sacándolos fuera de continuidad, nos facilita explicar por qué fue ninguneada dentro de ciertos círculos de fans, que la vieron como un producto innecesario y un “sacacuartos” oportunista.

El origen de esta segunda serie se debe, nuevamente, a la mano de George Lucas (genio creador o pirata mercachifle, según a quién le preguntes y en qué año), que decidió hacer con su producto lo que se le antojaba y proponer una versión más acorde a su visión. De ahí que planeara una serie a largo plazo, ignorando críticas y rechazo.

Sin embargo, para sorpresa de todos, al final la serie logró despegar y ganó adeptos entre el fandom. Y lo hizo a medida que su tono se volvía algo más elaborado y nos ofrecía elementos más interesantes del universo Star Wars: la vida de Boba Fett como huérfano, la llegada de las hermanas de la Noche, la resurrección de Darth Maul, Mandalore, el nivel 1313, etc…

De este modo, en 2012, la serie se había convertido en un producto interesante, que logró convencer y reconquistar a los fans, creando una buena base de seguidores entre nuevos y viejos adictos a “La Guerra de las Galaxias”.

Desgraciadamente, como ya sabéis, en 2013 “The Clone Wars” se canceló y muchos de sus episodios quedaron “pospuestos”, de tal forma que las tramas hubieron de ser contadas en novelas, cómics, seriales o productos destinados a ferias…

Al menos, hasta que Disney obró su magia y decidió resucitarla para un gran final, a través del director del proyecto, Dave Filoni, un hombre que ha estado en el nacimiento de esta serie, sus tiempos más duros, su época de culto y, finalmente, su desenlace, y que se ha convertido en una parte fundamental de los equipos creativos del Star Wars actual.

Y hasta aquí llegamos. Como ya sabes, en Akira Cómics somos unos fans acérrimos de Star Wars. Si buscas algo específico de la Saga (o de sus spin-offs) seguro que lo tenemos. Si no puedes acercarte a nuestra tienda, te recordamos que puedes hacer pedidos online o llamarnos por teléfono para consultarnos. ¡Estaremos encantados de atenderte! Y recuerda: ¡Que la Fuerza te acompañe!

Imágenes | “The Clone Wars”.