Reseña de Thor: Diosa del Trueno, de Jason Aaron
Jesús Delgado
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Jane Foster (Natalie Portman) co-protagonizará “Thor: Love and Thunder” como La Poderosa Thor. Analizamos el cómic de Jason Aaron que inspirará su regreso al UCM.
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Continuamos con nuestro ciclo dedicado al Thor de Jason Aaron de cara al estreno de “Thor: Love and Thunder”. Y lo hacemos para abordar precisamente los cómics que introdujeron a La Poderosa Thor. Pues recordemos que esta película del director Taika Waititi (“Lo que hacemos en la sombras”, “Thor: Ragnarok”) plantea el regreso de Jane Foster (Natalie Portman), la cual asirá también su propio Mjöllnir.
Así, tras analizar los dos primeros volúmenes de la colección (titulados respectivamente “El Carnicero de Dioses” y “Thor:El Maldito”) nos disponemos a analizar los tomos 3 y 4 del Thor de Aaron. Es decir, “Thor: La Diosa del Trueno” y “El Trueno en las Venas”.
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De este modo, repasamos la segunda parte de lo que consideramos una historia dividida en 3 bloques, cuya finalidad es replantear de cero todo lo propuesto durante los 2000 y principios de la década de 2010, con las etapas de J.M. Straczynski y de Fraction, que confluyeron hacia el evento “Miedo Encarnado”. Y todo, a fin de conducirnos al macro evento cósmico de “La Guerra de los Reinos”, con Malekith y los Gigantes de Hielo sembrando el terror por los Nueve (Diez) Reinos.
Pero, regresando a los dos tomos que nos ocupan, el conflicto del que os hablamos queda todavía algo lejos en el futuro. Por lo pronto, arrancamos justo tras los sucesos de “Pecado Original”. Durante este evento, Thor y Los Vengadores se enfrentan con el Asesino de El Vigilante, quien susurró unas misteriosas palabras al oído del Dios del Trueno.
¿Qué es lo que le dijo? Eso es un misterio… por ahora. Pero sí sabemos que fue una revelación lo suficientemente traumática como para que el Mjöllnir rechazase a Thor, convirtiéndolo en indigno de empuñarlo.
Sin un protector, Asgard y la Tierra se tambalean. Y es entonces como una inesperada heroína surge, blandiendo el martillo en lugar del Hijo de Odín. De este modo arranca “Thor: Diosa del Trueno”.
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El génesis de una nueva diosa
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El tomo de “Thor: Diosa del Trueno” recopila toda la producción de Jason Aaron dedicada a la “Thor Mujer”, que se publicó entre diciembre de 2014 y diciembre de 2016. Es decir, reúne todo el primer volumen de las aventuras de Jane Foster como el reemplazo de Thor, inspirado a su vez en un “What if…?” (también incluido en el tomo) en el que se plantea qué hubiera pasado si Jane se hubiera convertido en Thor en lugar de Donald Blake en los años 60.
Junto a esta etapa, el tomo 3 de la colección recoge los números de Thor dedicados al evento de ”Secret Wars” de 2015. En ellos se cuenta una historia de corte policial protagonizada por el Thor del Universo Ultimate y Bill Rayos Beta, con Jane Foster como Macguffin. Y, si bien su trascendencia pudiera parecer nimia, sus consecuencias reverberarán durante el tomo del “El Indigno Thor”.
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Jason Aaron regresa como escritor principal para seguir pavimentando el camino a “La Guerra de los Reinos” sin prisa pero sin pausa. En los 8 números que dura la etapa inicial de Jane Foster como Thor se une Russell Dauterman (“Supurbia”) para jugar al despiste con el público lector.
De este modo, la trama del volumen 5 de la edición americana de Thor, que se corresponde con esta etapa, no es sino un prolongado juego del trile. En ella, guionista y dibujante juegan a mantener el suspense con la identidad de la nueva Thor. Este se convierte en el tema central y recurrente, que sirve para desarrollar la importancia de los dos villanos del anterior volumen: Malekith y Dario Agger, quienes se han crecido, volviéndose las principales amenazas para Asgard tras la caída de Gorr.
Mediante la pérdida de poderes del Thor original y el ascenso de su reemplazo femenino, Aaron sigue construyendo un relato de Fantasía Épica, con tintes cósmicos y de Ciencia Ficción a modo de novela río, en la que cabe también el suspense político y de espías.
Consigue, además, dar mayor importancia al taimado Agger y saca provecho de un elemento tan pernicioso como Malekith (tan poco aprovechado en contraste en el cine). Y todo, mientras avanza lento y seguro hasta su final, que no es otro que el de revelarnos la incógnita que supone la verdadera identidad de la heroína.
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Quizá, de esta etapa podamos decir que precisamente la inclusión del evento de la “policía Thor” sea algo anecdótico y accesorio. Es un relato noir de manual, aunque con algunos agujeros de guion y una conclusión precipitada que nos deja un cierto mal sabor de boca. Sobre todo a los que ya conocimos al Thor del Universo Ultimate, cuyo epitafio se rubrica al concluir este volumen, junto a la línea editorial que le dio a luz.
Cambiando de tercio, hemos de hablar del aspecto visual de la obra. Durante los números dedicados a los primeros días de Jane Foster como Thor, Russell Dauterman demuestra ser un dignísimo reemplazo de Esad Ribic y Ron Garney. Aunque su estilo es diferente, no resulta rupturista y sí mucho más amable para un tipo de público más heterogéneo.
Cabe decir que, además, Matthew Wilson y su paleta de colores facilitan mucho el tránsito entre artistas, siendo para nada abrupto a nivel estético. De hecho, el puntual reemplazo de Jorge Molina como ilustrador y colorista resulta un acierto, al respetar el trabajo de sus compañeros al encargarse de un único número cuyo aspecto final casa con el del resto de la publicación. Incluso a pesar de su estilo cartoon, más propio de cómics infantiles o juveniles, pero que encuentra su sitio entre estas páginas.
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En tanto, el trabajo de los distintos artistas del número especial del “Thor Annual” de 2015 resulta muy amable y va al hilo de las historias dedicadas a las 3 edades del Dios del Trueno que vimos en anteriores tomos. Son relatos ligeros que cumplen su función. Resultan intrascendentes para la trama, pero sirven en su función de relajar el ojo lector entre los grandes arcos argumentales del volumen.
También tenemos que señalar la etapa final del volumen, dedicada al tie-in de las “Secret Wars”. Chris Sprouse y Goran Sudzuka son los ilustradores de este relato, con colores y tintas de Karl Story, Marte Gracia e Israel Silva. Y su acabado es óptimo. Mucho más rupturista que el de Dauterman, pero acorde al tono del evento en el que se encuadra.
Concluimos este epígrafe ponderando este tercer volumen como una gozada y el mejor método de conocer la versión femenina de Thor. Tanto a nivel narrativo como visual es una gozada y su edición dentro de la línea “Marvel Now! Deluxe” no le hace sino ganar enteros.
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Ahora bien, aviso para navegantes: argumentalmente depende un tanto de los dos tomos anteriores y del crossover de “Pecado Original”. Si se llega a él sin saber lo que ha pasado, es posible que un lector novicio se sienta un poco perdido acerca de quién es quién, las motivaciones de ciertos personajes y su situación al iniciarse la historia.
Que, además, sea complicado encontrar los tie-in de Thor de “Pecado Original” para desarrollar el regreso de Odín y de su hermano Cul, muy presentes en “Thor: Diosa del Trueno”, es algo a tener en cuenta. Esta pérdida reduce en algunos puntos la comprensión lectora acerca de lo que está ocurriendo en el mundillo de Thor.
Con todo, nos reiteramos. Si tienes que entrar a degüello para conocer mejor a Jane Foster como La Poderosa Thor, el volumen que te tienes que leer es este. Al menos para empezar a abrir boca.
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Auge y declive de una diosa
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El siguiente volumen, el cuarto de la antología, se titula “El Trueno en las Venas” y es la continuación de las aventuras de Jane Foster tras el paréntesis del evento de “Secret Wars”. Sin embargo, donde la incógnita de su identidad era el tema central del anterior volumen, en este jugamos a otro juego: el de las identidades secretas.
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De este modo, Jason Aaron nos propone una nueva colección “The Mighty Thor Vol. 3” (“La Poderosa Thor”), que vuelve a recurrir a la figuras retóricas de la identidad secreta y la pública como elementos claves de la narración. Es decir, hace un guiño a los cómics clásicos en los que la identidad civil de los héroes era un secreto que debía de estar bajo llave, debido a las consecuencias que hubiera podido acarrear su descubrimiento.
A lo largo de los 12 números que contiene este tomo, Aaron rinde homenaje al concepto clásico de superhéroe, adoptando la postura marvelita de “humanizar” al personaje. En este caso, la humanización pasa por plantear la dualidad entre Thor como diosa invencible y Jane Foster como su álter ego moribundo, que está sucumbiendo a su cáncer debido al uso prolongado del Mjöllnir.
De esta manera, el guionista elabora una relato que permite dar forma al concepto del futuro evento de “La Guerra de los Reinos”, recuperando a un Loki “reformado” tras los sucesos de “Agente de Asgard” y “Vota a Loki” (cuya reseña puedes leer aquí), al tiempo que termina de dar forma al conflicto, dibujando claramente los bandos enfrentados.
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La inclusión del “hermano” de Thor resulta una decisión atractiva y que se torna en uno de los ejes del relato. Su relación con Jane, como antiguos captor y víctima, tiene unas consecuencias que se palpan en este tomo. Si bien las dinámicas entre los nuevos Thor y Loki no varían tanto como pudiera parecer (algo deliberado por parte del autor), sí que pretende resaltar que las cosas pueden cambiar en un fondo aunque las formas permanezcan y se perpetúen.
Por otro lado, junto a Loki vemos llegar varios antagonistas y villanos recurrentes de Thor que se suman al bando de Malekith, perfilando una historia que cada vez más viene a reivindicar las aventuras clásicas del dios marvelita. En muchos aspectos, aunque Aaron intente crear su propia Saga, no deja de rendir tributo a quienes le precedieron y, en ese sentido, esta obra pretende ser testigo de ello.
A su vez, el guionista se permite coquetear con el trabajo del español Rafa Garrés (“Lobo”), cuyo trabajo en “Slaine: Lord of the Beast” influye precisamente en el acabado del poderoso episodio doble dedicado al enfrentamiento entre el Dios de las Mentiras y el del Trueno durante la Alta Edad Media. Este episodio, que sirve de paréntesis, si bien resulta inicialmente insustancial, cobrará sentido a medida que la serie avance. Máxime cuando se revele a los análogos medievales de Hulk, uno de los pocos personajes capaces de barrer el suelo con Thor.
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Y, si bien hemos hablado de Garrés, no debemos dejar de mencionar a Russell Dauterman, quien sigue al frente de la colección como principal dibujante, revelándose como uno de los platos fuertes de toda esta etapa, consolidándose como el gran dibujante de las aventuras de Jane Foster.
Concluimos este breve epígrafe a este tomo de forma tan escueta debido a que se trata de una etapa bisagra, que articula el tránsito a los últimos volúmenes. Anticipa el final de la etapa de cara al gran evento que enfrentará a Malekith y los suyos con Thor y el resto del Universo Marvel, al tiempo que ratifica la importancia de Jane Foster como algo más que una versión pasajera de Thor, sino como un personaje mayor y maltratado por la continuidad, que en esta etapa se reivindica y obtiene un trato mucho más justo.
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La Thor que reinó en nuestros corazones
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Muchos cambios de identidad de ciertos personajes fueron mal acogidos en la pasada década, como el de Sam Wilson como nuevo Capitán América; y otros fueron muy puntuales, como el de Victor Von Muerte como Iron Man. Al echar la vista atrás podemos decir que fueron ideas interesantes.
Si bien Sam sigue siendo el otro Capitán América (imaginamos que por aquello de que en el UCM retiene este título tras la conclusión de su serie con Soldado de Invierno), muchos de los otros “reemplazos temporales” acabaron devolviendo el testigo. Uno de ellos fue precisamente el personaje de Jane.
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Sin embargo, cabe decir que la relativamente breve época de tránsito de la Thor de Jason Aaron fue muy popular y tuvo gran aceptación. No solo por la caracterización y el discurso que sostuvo para defender su existencia e integración en la continuidad de los cómics, sino también porque sus aventuras eran respetuosas con el trabajo de autores anteriores. Aaron cimentó un relato de Thor que fuera “nuevo” pero que, a su vez, tuviera relación con elementos de la continuidad anterior y pasada, al tiempo que se embarcaba en la tarea de preparar el camino para un evento que afectaría todo el Universo Marvel.
Por eso mismo, los dos volúmenes que ocupan el ecuador del “Thor de Jason Aaron” son una lectura tan grata. Ofrecen un cambio en las reglas de juego y un reemplazo de protagonista, pero siguen desarrollando una historia mayor, dedicada a los fans de viejo cuño de Thor, pero que también sirve de punto de entrada para un nuevo tipo de público lector, ampliando el target tradicional de la colección.
En líneas generales, estamos ante un material que sienta la base para la presentación “en frío” de la versión femenina de Thor al tiempo que propone una extensión de lo planteado en los anteriores tomos, consolidándose como una segunda parte de una trilogía mayor. A diferencia del primer volumen de la serie, no estamos ante un relato autoconclusivo, sino dependiente argumentalmente de otras entregas y abierto a un desarrollo posterior. Algo que lastra su manejabilidad.
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Con todo, es un buen punto de arranque para conocer a la Poderosa Thor de Jane Foster y por eso, desde Akira Comics queremos recomendarte la lectura de esta etapa. No solo de cara al estreno de “Thor: Love and Thunder”, sino también como persona que (como nosotros) disfruta de los cómics.