Paco Roca: un autor de corte intimista en los Eisner

Los lectores de cómic europeo nos alegramos de la nominación de Paco Roca en la categoría de Mejor Edición Estadounidense de Material Internacional por “La Casa”, editada allí por Fantagraphics y con traducción de Andrea Rosenberg.

Resulta también un rato chocante que haya llegado hasta allí un relato de corte tan personal e intimista… pero era de esperar que este conocido autor valenciano, ganador ya de varios premios entre los que destaca el Premio Nacional de Cómic 2008, y cuya obra ya ha sido adaptada con éxito a otros formatos, hiciese las Américas haciéndose notar para el público en general.

Y en Akira Cómics vamos a intentar que lo conozcáis un poco mejor. ¡Así que allá vamos!

Paco Roca, como tantos otros artistas del gremio, llegó al mundo del cómic por casualidad: comenzó estudiando FP de Electricidad y Electrónica, pero tenía claro que su futuro pasaba por la expresión artística, así que terminó estudiando Diseño en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia.

Enseguida destacó y consiguió colocarse en el mundo del diseño publicitario a la temprana edad de 17 años, hasta el punto de que fue capaz de crear su propia agencia publicitaria allá por los años 90 del siglo pasado.

Afortunadamente, le pudieron más sus ganas de dibujar historietas de la mano de Rafa Fonteriz, que en el año 1994 empezaba a publicar en “Kiss Comix”.

Ni qué decir tiene que el ya tristemente fallecido Josep María Berenguer lo recibió con los brazos abiertos y, tras darle ciertos consejos de estilo, comenzó a dibujar historietas erótico-festivas con un estilo muy diferente al que nos tiene acostumbrados ahora: usaba un dibujo realista, volumétrico, apoyado en su técnica con el aerógrafo aprendida en su etapa publicitaria que, a la sazón, compaginaba con esta nueva faceta de su vida.

De esa época, además de una serie de portadas para revistas, nacieron las versiones pornográficas de “Aladino” (1994), “Blanca Navidad” y “Peter Pan” (1995).

Su buen hacer le abrió las puertas de la otra gran revista de La Cúpula: “El Víbora”. Allí, manteniendo pareja artística con el guionista Juan Miguel Aguilera –con el que ya había trabajado en “Kiss Comix”–, realizó una serie recurrente de 5 números: “Road Cartoons” (1998), una serie de ambientación cyberpunk en la que se parodiaban de manera realista, violenta y erótica los dibujos animados de la Disney y la Warner. Y, ya en solitario, en blanco y negro y con un estilo más próximo al que ya le resulta característico, “Para un puto vicio que tengo” (2001), una historieta de 4 páginas para el número “Especial Vicio” de la revista.

Pero hay más en esta época: una de las pocas salidas profesionales dentro del mundo del cómic, en una etapa en la que su formato de “literatura de quiosco” estaba desapareciendo, era publicar las historias largas dentro de la llamada “Colección Brut” de La Cúpula. ¡Y lo consiguió!

Con guión de Aguilera de nuevo, ambos crearon una historia en la que mezclaban dibujo e ilustración 3D y en la que presentaban una atrayente trama en la que el mundo real se mezclaba con el virtual, al más puro estilo Matrix (que, aunque se estrenó en junio de 1999, este cómic se concibió mucho antes, aunque se publicase en el 2000): “GOG”.

Y también en esta colección, publicó por primera vez la que fue su primera obra totalmente propia e internacional, al conseguir vender sus derechos para Francia, Italia y Holanda: “El juego lúgubre” (2001), una obra de 64 páginas basada en la figura de Salvador Dalí en la que juega con el surrealismo y la estructura del relato gótico. Muy, muy innovadora y recomendable.

Su éxito en el mercado exterior le animó a realizar su primer trabajo para el mercado francés: una obra que narraba las aventuras de un pintor romántico –Alexandre Ícaro– en el entorno de los sistemas palaciegos nazaríes… y que se ve sumergido sin quererlo en una trama de locura, acción y maldiciones. Esta obra, que iba a llamarse “Los viajes de Alexandre Ícaro” terminó publicándose con el título “Los hijos de La Alhambra” (2003).

Aún así, la experiencia profesional francesa, pese a que le dio manga ancha para despacharse a gusto en el terreno artístico, le hizo apreciar el encorsetamiento creativo del producto de encargo, trabajo del que intentaría escapar a partir de ese momento.

Fue en esta época, cuando aún no tenía muy claro hacia qué lado tirar, que se dio una circunstancia muy curiosa: Salvador Larroca, que ya conocía la calidad de su trabajo, le propuso colorear algunas portadas suyas, como la del “Sensational Spiderman Annual nº1”.

El mismo Larroca le propuso que enviase algunas páginas de prueba para probar suerte como autor. Paco Roca tenía en mente el contar historias más personales e intimistas tomando como base a Los 4 Fantásticos, así que, pese a la dificultad de que aceptasen una historia así de propia de un dibujante desconocido para el público americano, se puso manos a la obra y envió esas páginas… con el esperable resultado de que no encajaba en la política editorial de la Casa de las Ideas para solaz de los amantes del cómic europeo, pues tras ello llegó su efervescencia como autor.

Como ya hemos indicado, Paco Roca intentó escapar de las limitaciones del trabajo diseñado para el mercado. Él pretendía realizar una obra más intimista, en la que pudiera hacer suyos tanto el contenido como los personajes, filtrando sus sentimientos y experiencias personales.

Así que trabajó en un nuevo proyecto, más orientado al concepto de novela gráfica, que presentó a una editorial que, por aquel entonces, apostaba por un formato de cómic más personal, de contenido más maduro, autoconclusivo y más dirigido al lector que intentaba huir de los círculos del cómic más comercial: Astiberri.

Y fue con ellos con los que, en 2005, publicó “El faro” que, como ya hemos indicado, dio comienzo a la ya conocida vertiente intimista y realista de Paco Roca.

La trama nos lleva a la Guerra Civil Española, donde un joven soldado del bando republicano llega a un faro de la costa huyendo de soldados del bando falangista. En el faro lo recibe un orondo y campechano hombre mayor, con quien convivirá durante una temporada cambiando chascarrillos y experiencias vitales y descubriendo nuevos mundos que cambiarán irremediablemente sus experiencias vitales.

Esta historia lírica ligada al tradicional género de aventuras es la que marcó la senda de todas las que llegarían después, y tuvo cierto éxito internacional, siendo publicada en Francia, Italia… y hasta en Japón.

El éxito de esta obra le estimuló para realizar su siguiente proyecto, cuya calidad fue tal que fue comprado y editado directamente por Dargaud y supuso la que es su obra más conocida: “Arrugas” (2007).

Esta obra fue concebida tomando como punto de partida la vejez de los padres del autor, pero se fijó en un amigo de ellos que sufría de Alzheimer, y ello le llevó a centrar la idea en un sitio donde su capacidad creativa le permitiese hablar de varios tipos de vejeces… y así nació el centrar la historia en una residencia.

Es una historia que recopila muchas experiencias, detalles y vivencias con los que es muy fácil empatizar e identificarse… y con la que ganó importantes galardones: los premios al Mejor Guión y Mejor Obra de Autor Español en el Salón del Cómic de Barcelona, el del Festival de Lucca, dos premios Dolmen y el Premio Nacional del Cómic. Además, en 2011 se produjo una película de animación basada en “Arrugas” y dirigida por Ignacio Ferreras, que ganó dos premios Goya (Mejor Película de Animación y Mejor Guión Adaptado).

Fue precisamente durante el largo periodo que supuso la gestación y realización de la película que creó dos de sus obras menos conocidas: “Las calles de arena” (2009) y “Emotional World Tour” (2009).

“Las calles de arena” es, de lejos, la obra más intimista y personal de Paco Roca, un experimento onírico que supone una especie de cruce delirante entre “La Metamorfosis” de Kafka y “Alicia en el País de las Maravillas”, y que nos invita a plantearnos bastantes preguntas sobre qué estamos haciendo con nuestra existencia.

Y “Emotional World Tour” es una travesura gestada junto a Miguel Gallardo en la que juegan con las anécdotas sufridas y disfrutadas durante la promoción de sus obras en su trayectoria profesional.

Pero Paco Roca no se estuvo quieto. En 2010 creó dos obras más: la comprometida “El ángel de la retirada” (Bang Ediciones), con guión de Serguei Dounovetz, un proyecto para La Casa de España de Beziers, una población cercana a Montpellier; y la también muy reconocida “El invierno del dibujante”, un canto a la independencia y los derechos de autor, que plasma la historia de los valientes dibujantes (Escobar, Peñarroya, Conti, Cifré y Giner) que desafiaron a la entonces todopoderosa Editorial Bruguera editando su propia revista: “Tiovivo”.

En cuanto a la primera obra, resulta que en esa zona se asentaron muchísimos españoles, tanto exiliados de la Guerra Civil –que crearon esa colonia para defender los derechos de los españoles, a quienes tanto Francia como los franceses no recibieron precisamente con besos y flores– como gente que acudía a trabajar en tiempo de vendimia, y la obra nos plasma tanto sus vicisitudes como su historia de manera didáctica y magistral.

En cuanto a la segunda, fue una obra también galardonada ampliamente: Premio al Mejor Guión y a la Mejor Obra de Autor Español de 2011 en el  Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Premio al Mejor Autor Extranjero en el Treviso Comic Book Festival 2011 (Italia), y Premio al Mejor Guión Nacional en Expocómic 2011, el Salón Internacional de Cómic de Madrid.

Ya siendo un autor conocido y consolidado en el mercado, llegó una obra caracterizada por un peculiar sentido del humor, en el que un sosias del propio autor llega a lo que considera la máxima felicidad: trabajar sin salir de casa… y sin necesidad de quitarse el pijama.

Un recopilatorio de historietas cortas cargadas de humor inteligente que fue publicando para el diario “Las Provincias” y, posteriormente, en “El País semanal”: “Memorias de un hombre en pijama” (2011), que continúa en “Andanzas de un hombre en pijama” (2014) y en “Confesiones de un hombre en pijama” (2017).

Pero no fue la única obra que salió en 2011: como ya hemos insinuado al hablar de “Las calles de arena”, Franz Kafka es uno de los autores favoritos de autor, así que para él fue un sueño el encargarse de las ilustraciones de una versión ilustrada de “La Metamorfosis”.

En 2013 llegó otra de sus obras más conocidas: “Los surcos del azar”. Se trata de una novela gráfica de 328 páginas que supone la obra más extensa de Paco Roca. En ella, nos cuenta la historia de “La novena”, una compañía compuesta por exiliados republicanos españoles que combatió encuadrada en la segunda división blindada de LeClerc durante la Segunda Guerra Mundial al mando del capitán Dronne.

Una obra conducida por un escenario ficticio en el que el autor conoce a un superviviente de la compañía que, con una nota emocional, supone un despliegue de un notable trabajo de investigación y documentación, así como un enfoque digno de ser adaptado cinematográficamente.

En 2014 ganó el Premio Zona Cómic Cegal, otorgado por las librerías españolas especializadas en cómic, y el Premio a Mejor Obra Nacional en la XIV Edición de los Premios de la Crítica durante las Jornadas de Cómic de Avilés. Ese mismo año, fue reconocida también con el Premio a la Mejor Obra de Autor Español del Salón Internacional del Cómic de Barcelona y con el Gran Premio Romics (Salón del Cómic de Roma).

En el año 2015, Paco Roca saltó del relato histórico a la historia personal, íntima y madura, la que el propio autor señala como la más sincera que ha hecho y que obedecía a la necesidad que sentía en ese momento: “La casa”.

Esta obra, que se postula al premio Eisner, trata sobre una familia que acude a la recién heredada casa rural de su padre, fallecido recientemente, que éste construyó personalmente con sus manos… y cuyo peso personal, aun habiendo desaparecido, impregna hasta la última partícula del lugar, llegando a calar también en sus hijos, que debaten lo que deben hacer con esta modesta segunda residencia.

Una historia que termina profundizando en lo que son las relaciones familiares entre padre, hijos y hermanos y en la existencia de ese vínculo que, pese a todos los enfrentamientos y descontentos que pueda haber, no deja de existir.

Otra obra acreedora de múltiples premios: Premio Zona Cómic al Mejor Cómic Nacional de 2016, Premio Estrella 2016 al Cómic Más Destacado del Año por el diario “Le Parisien” y los premios al Mejor Cómic Europeo y Gran Premio Romics 2017 del Salón del Cómic de Roma.

Pero, pese a estos logros, Paco Roca siguió sin parar: en 2017, con guión de José Manuel Casañ (el cantante del grupo Seguridad Social), sacó “La encrucijada”, un cómic editado por Astiberri en el que se pone historia gráfica a las canciones que componen el disco homónimo del grupo que, por cierto, viene incluido en el lote. Una curiosa experiencia multimedia que obedece al espíritu de Paco Roca que siempre le pide aprender a través del cómic.

Y, desde aquí, llegamos a la última gran obra editada de este autor: “El tesoro del cisne negro” (2018), en la que pone dibujo a una fascinante historia de Guillermo Corral sobre el descubrimiento del tesoro a bordo de un pecio español en el que se nos ofrece, sin renunciar a la estructura típica de las novelas de aventuras, una perspectiva inédita sobre los entresijos de la política española, del poder y de las relaciones internacionales con respecto a los pleitos sobre la propiedad de esos tesoros perdidos.

Nos hemos dejado muchas cosas en el tintero para no alargar el artículo, pero Paco Roca es un prolífico colaborador con distintas fundaciones, museos y organizaciones variadas: para el MUVIM de Valencia ha ilustrado catálogos en el 2012, para el IVAM ilustró una pared del recinto con una obra llamada “El dibuixat” en 2019, unas páginas en un libro homenaje para el Museo de la BD en Angulema (2010)… así como carteles, portadas de libros, murales y campañas sociales para todo tipo de eventos, publicaciones o clientes, en especial organizaciones no gubernamentales como Oxfam Intermón, Greenpeace, Amnistía Internacional, Cruz Roja, Farmamundi…

Además, podéis escucharlo los viernes a las 13:00h en “La tertulia Friki”, que se emite dentro del programa “Abierto al Mediodía” de Radio Valencia.

Así que os invitamos a que os paséis por Akira Cómics para poder acercaros aún más a la obra de este excepcional y cercano autor valenciano.

Imágenes | Akira Cómics.