Obi-Wan Kenobi: Review de la serie de Disney +

“Obi-Wan Kenobi” ha acabado. Disney + ya ha emitido el sexto y último episodio en el que Ewan McGregor retoma el papel interpretado originalmente en la Trilogía Original de “Star Wars” por el difunto Sir Alec Guinness.

Ambientada entre “Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith” y ”Una Nueva Esperanza”, la película original de “La Guerra de las Galaxias”, la serie se desarrolla una década después del aciago enfrentamiento entre Anakin Skywalker y Obi-Wan. Es decir, el duelo del que surgió Darth Vader.

Ahora, el viejo Maestro de Jedi Obi-Wan Kenobi no es más que una sombra de lo que fue: un eremita que malvive en las arenas del desértico planeta de Tatooine, en espera de que el joven Luke Skywalker esté listo para recibir sus enseñanzas y convertirse así en el Jedi que está destinado a ser. Sin embargo, las heridas del pasado no han terminado de cicatrizar.

Inesperadamente, algo se tuerce en sus planes cuando el Imperio decide hacerle salir de su retiro. La Tercera Hermana de la Inquisición Imperial (Moses Ingram) urde una retorcida artimaña que convertirá al oxidado y casi defenestrado caballero Jedi en un nuevo objetivo para todas las fuerzas imperiales. En especial, para el propio Darth Vader (Hayden Christensen), quien verá en la jugada de su subalterna una oportunidad única para saldar cuentas con su antiguo maestro.

Y no te contamos más. Por ahora. Vamos a analizar la serie de Obi-Wan, hablando de los aciertos de su directora Deborah Chow (“The Mandalorian” y “Reign”), pero también de sus fallos (que no son pocos). Con esto, esperamos no solo picarte para ver “Obi-Wan”, si no lo has hecho ya, sino también para descubrir material del Nuevo Universo Expandido del que bebe y en el que se inspira.

Vamos a dividir esta crítica en dos caras muy diferenciadas: Primero hablaremos de lo que nos ha gustado y luego de lo que no.

“Obi-Wan” tiene puntos muy fuertes y buenos, pero también adolece de flaquezas de manual. A fin de diferenciarlos y discriminarlos bien, vamos a dividir la crítica “como la Fuerza manda” … Porque a “Obi-Wan” le pasa un poco lo mismo que a “El Libro de Boba Fett”. Pero donde el segundo no logra sacar todo el partido a elementos positivos ni lastrarse por los negativos, la serie del Jedi acentúa todo lo bueno y se ve arrastrada por todo lo malo. 

Todo lo óptimo que vimos en el primer episodio de “Obi-Wan” está presente a lo largo de la serie. Esta apunta directamente al corazón y a la nostalgia y juega perfectamente con los elementos nostálgicos de la Trilogía y de las precuelas. Por lo que, en este sentido, no tenemos queja alguna.

Construida como una space-opera, “Obi-Wan” es un relato spin-off que sirve de pasarela entre dos trilogías. Un rol que pensábamos que solo se lo debíamos a “Rogue One”. Sin embargo, su presencia no discute la de la película e, incluso, se compatibiliza con ella.

A nivel emotivo, “Obi-Wan” está además donde debería estar. Aunque quienes no hayan visto “The Clone Wars” quizá tengan algunas dificultades para empatizar tanto con Obi-Wan como con Vader/Anakin. El motivo es que ambos papeles se han escrito con suma fidelidad a la caracterización de ambos Jedis durante la serie animada. Ciertas decisiones, giros argumentales o salidas de sendos personajes obedecen a cómo Dave Filoni los presentó y los desarrolló durante 7 temporadas de programa. Y esto hemos de entenderlo.

Por otro lado, a muchos niveles intenta ser coherente (todo lo que puede) tanto con las películas originales como con la serie de “Star Wars Rebels” y con “Rogue One” y respetar la continuidad. Al tiempo que también es fiel a lo vertido en el cómic, principalmente las colecciones de“Darth Vader: Lord Oscuro” y la antología de “Los diarios de Obi Wan”. Y este triple salto mortal no resulta precisamente fácil de ejecutar. Por lo que aquí nos quitamos el sombrero ante el encaje de bolillos que se ha hecho.

En paralelo, las secuencias de duelo son espectaculares y bien aprovechadas y sientan un verdadero puente entre el esgrima de la Trilogía Original y sus precuelas. Los movimientos de Vader durante sus secuencias de acción no tienen desperdicio, como tampoco las del protagonista de Obi-Wan, y eso se debe precisamente a la buena elección de reparto y al trabajo de sus instructores y especialistas.

Cabe decir que su cuerpo actoral está bien engrasado. Ewan McGregor se come él solo la pantalla y atrae la atención de todo el público en un rol que suponemos que es su despedida final del personaje. Un canto de cisne, si nos permites la expresión. Su química con la jovencísima Vivien Lyra Blair o con el propio Hayden Christensen, en las escenas que comparten, es innegable y hace subir la calidad del producto muchos enteros.

Igualmente, el reparto de secundarios está donde tiene que estar y no defrauda con sus interpretaciones. Ahora bien, aunque la citada Tercera Hermana de Moses Ingram debería ser el principal papel secundario, tanto su personaje como la actriz no acaban de desarrollar su potencial. Pero, en general, como antagonista cumple. Aunque nos hubiera gustado que a la actriz se le hubiera dado más cancha para brillar como merece.

Eso sí, hablaremos brevemente del papel de Indira Varma (“Roma”, “Bodas y Prejuicios”). Su Tala nos parece muy interesante aunque tenga el recorrido justo. El texto de Varma no solo está muy bien escrito, sino que la actriz lo defiende con uñas y dientes y hace de “muleta” para McGregor definiéndose idealmente y asentando un importante hito dentro de este spin-off de cara al resto de la continuidad.

Y no olvidemos a los Owen y Beru de Joel Edgerton y Bonnie Piesse, nos han sabido a poco… ¡de lo bien usados que están! Estos convidados de piedra del Universo de Star Wars quedan dignificados al fin. Sobre todo al final de la historia, con su propia definición, elevándose por encima del concepto de “secundarios destinados a morir” en el que habían quedado encasillados y, finalmente, se convierten en personajes de carne y hueso, con anhelos y personalidades más definidas, así como un peso dramático bien dibujado. 

Como detalle final, tampoco podemos negar que los escenarios sean geniales. Todo lo contrario: nos resultan fabulosos y tremendamente acentuados. No vemos ningún mundo de la serie que sea igual y esto nos permite explorar la rica variedad y diversidad de planetas y hábitats de la Saga. Que disfrutemos de la visión de planetas paradisíacos como Alderaan en paralelo al de otros lugares menos idílicos y con distintas atmósferas nos agrada. Sobre todo, después de comer tanta arena con la serie de Boba Fett.

Resumiendo. En cuanto a escenario, atmósfera y emoción, estamos contentos. Su reparto, en general, hace su trabajo por encima de lo esperado e incluso nos da alguna grata sorpresa.

Sí, ya sabemos que la nomenclatura moderna es Lado Oscuro. Pero déjanos ser algo “retro” a este respecto mientras hablamos de los puntos negativos de “Obi-Wan”.

Quizá la principal flaqueza de la serie sea la que viene refrendando el rumor de que originalmente se planteó como película independiente. En muchos sentidos, el guion tiene más agujeros que un colador y se hace innecesariamente largo y lento en muchas ocasiones, con la prolongación innecesaria de secuencias que no llevan a ningún lado.

Esto, claro, se traduce en fallos de raccord, incongruencias dentro de la misma historia y de su propia continuidad. Y, por supuesto, algunas incoherencias argumentales. Aunque esto último casi que lo perdonamos, puesto que es una constante en Star Wars a la que estamos acostumbrados, siendo un convencionalismo que ya damos por hecho en cualquiera de sus historias.

Ahora bien, nos quema la falta de originalidad y la reiteración narrativa. Sirva como ejemplo cómo se toman descaradamente ideas y conceptos ya desarrollados en el videojuego “Jedi Fallen Order” y se utilizan expresamente en el desarrollo de la historia sin darle una vuelta de tuerca para ser más originales o novedosas. Que también haya secuencias que pecan de previsibles y quitan la gracia del devenir de los acontecimientos nos corta bastante la articulación de la trama.

Además, el abuso de recursos narrativos y figuras retóricas ya planteadas en “The Mandalorian” nos hace valorar negativamente la forma en la que Deborah Chow ha querido plantear esta serie en principio “fresca”.  Más bien, creemos que ha habido una pereza extrema y que se ha tirado por lo sencillo para poder convertir la supuesta película de “Obi-Wan” en una serie de 6 episodios.

En conjunto, por tanto, tenemos una serie que bien podría definirse como una parábola. Su principio es alto y desciende abruptamente durante su ecuador para remontar el vuelo pasado este y recuperar un nivel adecuado, Pero, claro, al precio de posponer la acción y que avance la trama con giros bastante densos, pesados y, a veces, gratuitos.

Además, también creemos que Hayden Christensen ha quedado muy desaprovechado, quedando confinado en la máscara de Darth Vader. Aunque su gesticulación y expresión corporal son perfectas, hemos echado más retrospectivas de “Las Guerras Clon” y mejores técnicas de rejuvenecimiento digital… sobre todo en un producto de la factoría Disney.

El “palo” final le viene a la compositora Natalie Holt (“Loki”, “Batgirl”), aunque su partitura se compagina muy bien con el tema principal de John Williams dedicado a “Obi-Wan”, en conjunto la banda sonora es plana y no acaba de transmitir la grandilocuencia de Star Wars. Se echan en falta más temas característicos como el del Imperio o el de Darth Vader, un uso más inteligente del de la Fuerza o del Lado Oscuro y que, de alguna forma, los temas musicales logren generar atmósferas adecuadas.

Nos cuesta decirlo a ciencia cierta. En general, nos ha gustado bastante “Obi-Wan”, aunque tiene defectos de forma importantes. Quizá un futuro visionado nos haga reivindicarla y/o justificar aquellas flaquezas que ahora nos han desagrado. Por lo pronto, nos quedamos con todas sus fortalezas.

 “Obi-Wan” es, nos guste o no, una reivindicación de la precuelas. Un canto de amor a quienes las defendieron en su día y siguen defendiéndolas. Se merece una consideración óptima porque se ve cariño vertido en su producción y mucho corazón por parte de su equipo. Quizá solo por eso podemos disculpar allá donde nos ha fallado. En conjunto ha cumplido. Sirve de puente entre trilogías y toca allá donde tiene que tocar.

¿Esperábamos otra cosa? Quizá, pero como fans de Star Wars decimos adiós a esta serie con una sonrisa, conscientes de que una segunda temporada de “Obi-Wan” es tan peregrina como innecesaria. Lo cual no implica que no vayamos a tener una secuela o que tenga relación con futuras producciones como, por ejemplo, la próxima “Andor” de Diego Luna.

Y, ahora sí, nos despedimos recordándote que en Akira Cómics somos unos grandes fans de Star Wars. Si a ti te pasa lo mismo, no dejes de visitar nuestra tienda física o virtual. O de ponerte en contacto con nosotros si buscas material relacionado con la Saga, a fin de llenar todos los huecos que te falten para convertirte en una eminencia respecto a su historia y continuidad.