Maus: el cómic que ganó el Pulitzer
Jesus Marugán
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Conoce la historia de “Maus”, la obra cumbre del norteamericano Art Spiegelman y uno de los cómics más impactantes y trascendentes que nadie pueda leer hoy en día.
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“Maus”, la obra cumbre del norteamericano Art Spiegelman (nacido en 1948 en Suecia) es uno de los cómics más impactantes y trascendentes que nadie pueda leer hoy en día.
Pocos cómics trascienden el medio en el que han sido concebidos, casos únicos como “Watchmen” o “Daredevil: Born Again”.
De entre todos, “Maus” destaca con luz propia por diversos factores, aunque de entre todos ellos hay que quedarse con el más importante y fundamental: que se trata del testimonio vital de Vladek Spiegelman, padre de Art, a lo largo de sus terribles vivencias durante la Segunda Guerra Mundial y especialmente su sufrimiento como judío en manos de la Alemania Nazi.
Es muy difícil leer “Maus” y no caer en una extraña sensación de tristeza y de depresión vital al recibir del testimonio de Vladek narrado por Art en viñetas todas las monstruosidades que los hombres podemos llegar a hacer a otros hombres amparados en el racismo y el uso de la fuerza.
Abstraerse a esa pena, a ese nudo en la garganta que esta obra deja es casi imposible.
Art Spiegelman no sólo nos está contando el testimonio de los judíos durante el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial: también nos está aleccionando de una forma inteligente, sutil y no forzada sobre los horrores, la oscuridad mas absoluta, que es capaz de provocar el hombre.
Y también sobre el sufrimiento y el afán de supervivencia que pueden mover a los que están en el punto de mira de los exterminadores. -
“Maus”: sinopsis básica
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“Maus” no es una historia más sobre los judíos y el Holocausto. “Maus” es también una elegía para con todos los que fueron exterminados por los Nazis en esos años y para con todos los que, en situaciones similares, han sido llevados a la muerte a lo largo de nuestra historia.
Art Spiegelman quiere dejarnos el legado de su padre, de las abrumadoras penurias que vivió buscando su propia supervivencia, y que esa memoria no se pierda. Que aprendamos de lo terrible que podemos llegar a ser como especie cuando la locura social del racismo nos lleva a plantearnos el genocidio indiscriminado y sistemático.
Art Spiegelman hace en “Maus” un homenaje a sus padres Vladek y Anja, pero también al resto de seres, judíos y prisioneros de los Nazis en general, que dieron con la muerte a lo largo de esos oscuros y monstruosos años.
Porque como artista y hombre culto espera y desea que “Maus” constituya un pedacito más de ese gran legado que es nuestra historia como especie. Ya que si recordamos nuestros momentos más oscuros, quizás podamos aprender de ellos y levantarnos para nunca más repetir otro Holocausto, sea con quien sea.
En “Maus”, Art Spiegelman no quiere hacer un panfleto fácil acerca de las vivencias de su familia y su propio padre. Más bien al contrario, su interés es sencillamente retratar aquellos acontecimientos de la forma más objetiva y sencilla posible, sin caer en maniqueísmos ya muy trillados.
Es por ello que la narración de “Maus” alterna momentos del propio dibujante con su padre, entrevistándole, hablando sobre sus vidas, sus intimidades, con los hechos acaecidos antes, durante y nada más terminar la Segunda Guerra Mundial.
El propio Art vuelca reflexiones propias sobre la obra que está realizando y el sentido de la misma. Ya que si para nosotros, lectores, es duro hasta ponernos al borde de las lágrimas la lectura de “Maus”, es impensable lo difícil y abrumador que debió de ser para Art Spiegelman ser hijo de un superviviente de Auschwitz, recibir su testimonio de primera mano, y tratar de llevar toda esa información a un cómic.
Antes de tratar sobre el estilo y la historia de este cómic, vayamos un momento al pasado y hablemos de los hechos que encuadran su narración.
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Maus: un poco de historia
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“Maus” fundamentalmente se sitúa en la Polonia de antes de la Segunda Guerra Mundial hasta llevarnos a la Europa que acaba de terminar de sufrir el conflicto.
El protagonista de este viaje temporal será el padre de Art, Vladek Spiegelman, que como judío va a sufrir en sus carnes los momentos más duros del racismo nazi.
Como Vladek vive en Polonia al estallar la guerra, y es soldado del ejército polaco, su origen judío le va a convertir en objeto directo de las torturas de los Nazis, dispuestos a exterminar a todo judío vivo en la Europa ocupada por el Tercer Reich.
Aunque Vladek se escabulle constantemente de la muerte o desnutrición terminal aplicada a los prisioneros judíos gracias a su inteligencia, maña para saber hacer de todo y ciertas dosis de buena suerte, finalmente el destino no le libra de llegar al Campo de Concentración de Auschwitz (Polonia), auténtico punto negro del exterminio judío durante el año 1944 y lugar central de toda la narración de “Maus”.
Como bien nos dice Art Spiegelman por boca de su padre en el cómic, nadie nos hacemos a la idea de lo que supuso vivir y padecer los sufrimientos de un Campo de Exterminio como Auschwitz.
Un lugar cuya entrada estaba jalonada con el irónicamente cruel texto “Arbeit macht frei", que en alemán significa “el trabajo libera", con el que los Nazis engañaban y se mofaban de sus cautivos judíos haciéndoles creer que, si se esforzaban trabajando, serían capaces de ganarse la libertad.
Cuando la realidad es que la mayor parte de ellos salió de allí a través de las chimeneas de los Hornos Crematorios.
Auschwitz fue centro de actividades del Doctor Josef Mengele, funesto artífice de la muerte de muchísimos judíos por sus tristemente célebres (y macabros) experimentos.
También el campo tenía uno de los más temidos y usados Hornos Crematorios, por los cuales se cree que llegaron a pasar (entre los campos de Auschwitz I y II, que estaba en Bikernau) más de un millón de personas, de las cuales la inmensa mayoría fueron judíos, sometidos allí a eso que el estado Nazi denominó con macabro estilo “La solución final”. -
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Ninguno somos capaces de imaginarnos con una mínima certeza el terror supremo que debió ser para Vladek Spiegelman y el resto de prisioneros vivir allí el día a día durante tantos meses, aquejados de incontables males, enfermedades, desnutrición, crueldades de sus guardias y el constante temor a ser el siguiente en visitar esas falsas duchas que en verdad eran las Cámaras de Gas Zyklon B.
Nos podemos hacer una idea muy superficial a través de las páginas de “Maus” y de las memorias de Vladek de lo que aquello debió suponer. Aunque nunca podremos realmente hacernos una idea de lo que supondría vivir bajo la eterna sombra del humo que salía de los Hornos Crematorios.
La historia de Auschwitz, sus momentos duros y diarios, sus anécdotas recogidas por Art Spiegelman, son la parte más educativa, universal y eterna que este autor de cómics nos ha legado a todos a través de la vida de su padre.
En el fondo, Vladek Spiegelman es casi un superhombre, ya que fue capaz de sobreponerse a la oscuridad del exterminio nazi, sobrevivir a ella de forma brillante, y luego tener un hijo al que relatarle todas sus memorias de esa época, para que, una vez llegada su muerte por insuficiencia coronaria en 1982, todos aquellos momentos no se perdieran como lágrimas en la lluvia. -
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“Maus”: estilo y concepto
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“Maus” fue concebida a lo largo de los años 70 y 80, y se publicó en dos partes.
“Mi padre sangra historia”, obra publicada en 1986 en USA, lleva los acontecimientos vividos por Vladek hasta su llegada al campo de Concentración de Auschwitz (Polonia) en 1944. El éxito mediático de esta primera parte fue arrollador.
Posteriormente, la segunda parte de Maus vio la luz en 1991 y lleva por título “Y aquí comenzaron mis problemas”, centrando fundamentalmente su argumento en los monstruosos meses vividos por su padre Vladek en el campo de Auschwitz hasta el final de la guerra en 1945.
“Maus” levantó tanto revuelo dentro y fuera del mundo del cómic internacional que tiene el honor de haber recibido un Premio Pulitzer en 1992, algo inusitado dentro del mundo editorial del cómic tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
Esto se debe, como ya hemos comentado más arriba, a que “Maus” no es un cómic. Se trata de una obra universal de testimonio vital que fue concebida y presentada en viñetas pero que ahora mismo ya ha trascendido ese formato hasta convertirse simplemente en “Maus”, algo que todo el mundo debería conocer y leer por lo menos una vez en su vida.
Su lectura no deja indiferente a nadie, y te lleva a reflexionar sobre la oscuridad que a veces puede llevarnos a cometer la mayor expresión del mal en nuestro mundo, el genocidio sistematizado. -
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Precisamente para facilitar la lectura de “Maus”, Art Spiegelman opta por utilizar un estilo de dibujo sencillo estilo “cartoon”, muy en la línea de Disney, aunque de trazo más oscuro y maduro, donde los “funny animals” –nombre que denota los cómics o animación donde personajes humanos adoptan figuras de animales– simplifican el peso gráfico de la obra.
La idea es que el ojo del lector se centre en la descripción de la viñeta y sea más receptivo a lo que está narrando el cómic.
Por supuesto, el color está fuera de lugar en “Maus”. Su corte histórico, enfoque algo “indie” y tono serio prácticamente obligan a que el cómic esté realizado de principio a fin en blanco y negro.
Y además con trazos de plumilla y pincel que, en numerosos casos, donde la historia se vuelve dura y cruel, el acabado de la viñeta se vuelva casi opresivo, desmoralizante, como si el autor nos estuviera transmitiendo sensaciones más que información. -
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Como curiosidad artística, diremos que “Maus” tiene diferentes razas de animales según la procedencia de sus personajes. Así, los judíos son representados por la plumilla del dibujante como ratones, los Nazis son gatos, los franceses son ranas, los americanos perros y los polacos cerdos.
De esta forma, de nuevo, el inteligente uso de animales en este cómic simplifica su lectura y vuelve más gráfico su despliegue argumental. -
“Maus”: edición en nuestro país
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“Maus” está editado actualmente en España por Penguin Random House a través de su sello Reservoir Books, quien sacó al mercado en 2007 esta edición que tiene una presentación impecable, con encuadernación en cartoné y sobrecubierta.
Todo ello convierte a “Maus” en un cómic-libro bello y pulcramente editado, como es siempre marca de la casa en el grupo editorial Random House, y que demuestra su cariño por los cómics bien editados. -
Imágenes | Akira Cómics.
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