¿Qué fue Flashpoint, el cómic que inspira “The Flash”?

El DCEU ha muerto, larga vida al Nuevo DCEU. O eso diríamos ya si la película dedicada a Blue Beetle o la secuela de Aquaman ya se hubiesen estrenado y supiéramos más del reinicio de Superman en el cine. Sin embargo, con el estreno de estas dos películas aún en el aire, el Universo Extendido de DC parece tocar a su fin. Al menos en la forma en que lo conocíamos desde 2013.

El estreno de “The Flash” viene a suponer un tajo en la continuidad actual de las películas, ya que (como hemos podido ver gracias a los tráileres) va a suponer un punto y aparte. De esta forma, DC se reiniciará en los próximos años. Al menos, si los planes que el nuevo responsable de la marca, James Gunn (“Guardianes de la Galaxia vol. 3”, la secuela del Escuadrón Suicida), van según lo previsto.

Y es que, a grandes rasgos, “The Flash” dará pie a un retcon debido al uso de sus poderes que hará el protagonista de la cinta. Es decir, Flash propiciará una reescritura de la retrocontinuidad, alterando los eventos y hechos de las películas de DC, lo que dará lugar a que muchos rostros y personajes cambien de rasgos y enfoque. El cómo y el cuándo son algo que todavía está por descubrir.

Dicho esto, no te creas que este recurso es algo nuevo. De hecho, se lleva utilizando en DC con bastante regularidad, en aras de reiniciar la mastodóntica y (a veces) inarticulable continuidad de los cómics para allanar el camino a los nuevos lectores. ¿La última vez? En esencia fue un evento llamado Flashpoint. Aunque a este le siguieron otros “retcons menores” como fueron “Renacimiento” y los sucesos de “El Reloj del Juicio Final” (cuya reseña puedes leer acá).

Pero, espera, antes de entrar a hablar de “Flashpoint”, hagamos un inciso y mejor te contamos de qué va a esto de los reinicios, retcons y demás, porque puede que te pillen con el pie descolocado. Sigue leyendo, te vemos más abajo.

Debemos entender una cosa: los personajes de DC Comics existen desde finales de los años 30. Muchos de ellos ni siquiera eran originalmente propiedad de esta editorial, sino que sus derechos fueron comprados a otras compañías y luego fueron añadidos a los cómics con nuevas historias de origen. Y eso sin contar con los cambios de dinámicas editoriales, políticas y sociales, que a los editores y empresarios de la compañía obligan a replantear sus estrategias y sus personajes.

Por eso, propiamente dicho, DC paulatinamente ha ido haciendo “tabula rasa”. Esto le permite realizar reinicios de sus personajes, sustituyendo a versiones anteriores por suplentes más actualizados o reelaborando historias de orígenes cada cierto tiempo. Dicha práctica se remonta ya a la llamada “Edad de Plata” del cómic, que introdujo, entre otras cosas, a la Liga de la Justicia de América en los cómics.

Así, hacia 1956, DC hizo limpieza de sus personajes, muchos de ellos lastrados por la Caza de Brujas y el Comic Code. Héroes clásicos como Flash o Green Lantern fueron reemplazados por nuevas versiones, con diferentes caras e identidades, uniformes y manifestación de sus poderes. Esto también se aplicó a la Sociedad de la Justicia de América (supergrupo antecesor de la Liga de la Justicia), que se vio sustituido por un nuevo equipo formado por héroes más modernos.

Propiamente dicho, este reboot no se explicó. Sencillamente se dio por hecho el cambio, puesto que no existía una observancia tan exhaustiva del producto y su continuidad. Pero sí sentó las bases de lo que sería el moderno DC durante los siguientes treinta años.

Pero, claro, llegado a los 80, la editorial tuvo que lidiar con el cambio de status quo de muchos héroes y villanos, la llegada de nuevas caras o la inclusión de personajes de otras casas, cuyos derechos había comprado la editorial. Sirvan de ejemplo Shazam/Capitán Marvel de Fawcett o los héroes de la Charlton Comics que inspiraron “Watchmen” (Pacificador, Blue Beetle, Capitán Átomo, etc.).

En este contexto, en un intento de dar explicación a las diversas facetas de DC y por qué el Superman de 1940 era tan diferente del actual o por qué había existido una Sociedad de la Justicia, se desarrolló con más detalle el concepto de Multiverso. Una idea que ya se había planteado en los 60, por cierto.

Hablamos de “Crisis en Tierras Infinitas”, uno de los más importantes crossovers del género, cuya resolución sirvió para reiniciar la continuidad en seco planteando un nuevo principio para casi todos sus héroes, reimaginando también sus orígenes (recordemos ese “Hombre de Acero” de Byrne o el “Batman: Año Uno” de Miller, por ejemplo).

Este evento, nacido de un conflicto que implicó a diversos mundos alternativos de DC, acabó refundiendo la línea temporal en una única, dando cabida a la mayor parte de los héroes de la Edad de Plata pero con un nuevo planteamiento, en una paulatina reintroducción que cimentó la continuidad de DC de finales de los 80, la década oscura de los 90 y los principios de los 2000.

Cabe decir que, críticas al margen, buena parte del imaginario moderno de DC entre el público generalista se debe a este periodo, pues marcó la llegada de personajes modernos de gran calado. Como Harley Quinn, sin ir más lejos.

En 2005, otro evento, heredero del anterior, volvió a plantear otro reinicio en aras de relanzar las ventas. “Crisis Infinita” deshizo lo planteado en el crossover de los 80 y volvimos a jugar con numerosas realidades y mundos alternativos.

Pero como este empuje no acabó de cuajar, en 2011 DC volvió a realizar otro reinicio al que llamó “The New 52” (Los Nuevos 52, un nombre en alusión a las 52 colecciones que se publicaron mensualmente) y que en España se conoció como “El Nuevo Universo DC”.

Para justificar este reinicio tan temprano y abrupto, DC encargó un macro evento al aclamado guionista Geoff Johns (posiblemente la figura más importante de la editorial en las últimas dos décadas). Johns sería la cabeza pensante detrás de este reinicio y para justificarlo publicó “Flashpoint”. Este se consolidó como un mastodóntico evento que dio la vuelta a las bases de este mundo de superhéroes y cuya premisa básicamente era un mundo en donde todo salió peor que mal.

Y todo, por culpa de Flash.

Para entender “Flashpoint”, hemos de hablar brevemente de Flash, personaje que quizá merezca un artículo propio llegado el momento.

Propiamente dicho, ha habido muchos Flash.

El primero fue Jay Garrick, el Flash original de los años 40, que vestía de forma parecida al dios Hermes/Mercurio. Pero este fue sustituido en la década siguiente por la versión del héroe en uniforme rojo escarlata que todos conocemos y que responde al nombre de Barry Allen (que, a su vez, es el de la película “The Flash” y también el de las series de televisión). Barry era un superhéroe velocista, capaz de moverse por encima de la velocidad de la luz. Esto, llegado el caso, le permitía poder “viajar en el tiempo” o, incluso, ralentizar ciertos espacios a su alrededor.

Barry, a pesar de su iconicidad, fue retirado en “Crisis en Tierras Infinitas”, donde se le dio un final heroico. Así, en su ausencia, su pupilo Wally West asumió su rol y título como Hombre Más Rápido del Mundo. Pero en el evento de “Crisis Final”(2008) Wally colgó las mallas y Barry regresó a la vida. El héroe retomó sus funciones como Flash, pero con un cambio radical en su historia de orígenes.

Para ello, Allen fue encomendado al antes citado Geoff Johns (que también se encargó de traer a Hal Jordan/Green Lantern de nuevo a la acción). El autor se encargó de retconear de forma tramposa sus orígenes y plantear un pasado mucho más siniestro y duro para un héroe tradicionalmente amigable y luminoso. Algo que no tardó en tomar sentido y forma.

Así, a lo largo de “Flash: Renacimiento”, Johns expuso que el villano conocido como Flash Reverso (una versión malvada y retorcida de Flash, venida del futuro) había estado jugando con la historia, viajando a través del tiempo y destrozando la vida de Barry. Empezando por matar a su madre e incriminar a su padre del crimen. Esta tragedia, tras numerosas aventuras, acabó pasándole factura a Barry, que viajó atrás en el tiempo para detener al Flash Reverso.

Sin embargo, al evitar que su enemigo cometiera el asesinato de su progenitora, Flash creó una paradoja temporal, dando lugar a la Paradoja Flashpoint. Esto, a su vez, hizo que muchas cosas cambiaran en el universo DC.

A saber:

Superman no caería en Kansas y su cohete se estrellaría en Metrópolis, destrozando la ciudad. Por ello sería encerrado por el ejército de EEUU en una base secreta dónde pasaría encadenado los siguientes 20 años. Bruce Wayne moriría a manos del atracador, su padre; Thomas se convertiría en Batman, mientras que su madre, Martha, rota de dolor, sería el Joker de este nuevo mundo. Atlantis e Isla Paraíso iniciarían una guerra mundial que enfrentaría a Aquaman y Wonder Woman en un sangriento conflicto global. Hal Jordan no se convertiría nunca en Green Lantern; Cyborg se erigiría en el mayor héroe de la Tierra; muchos villanos se proclamarían héroes y muchos héroes acabarían como villanos… ¡Ah! Y, además, Barry nunca recibiría sus poderes, por lo que Flash no existiría.

Con esto te puedes ir haciendo a la idea del lío que se montó. Aunque todo se arregló, como suele pasar. Y su conclusión dio paso al reinicio de la continuidad que fue “The New 52”, la base para el DC actual.

Por nuestra parte, no te contaremos cómo se arregló la cosa, pues eso sería estropearte la película de “The Flash”, que tiene toda la pinta de basarse en este evento. No obstante, si quieres ponerte al día por tu cuenta, puedes hacerte con el tomo recopilatorio de “Flashpoint”, en el que se reúnen los principales pilares del crossover. En la actualidad existen unas cuantas ediciones, a cual más manejable.

De hecho, te animamos a leerlo, antes o después de ver la película. Es un cómic bastante ameno y sencillo y no requiere un conocimiento enciclopédico de superhéroes para disfrutarlo, por lo que se hace muy fácil su lectura y su lenguaje narrativo dista mucho de haber envejecido. Además, a nivel gráfico es bastante aparente (no en vano, lo dibuja Andy Kubert). Y, como guinda, aunque la película lo adaptará, esta no va a ser una adaptación literal del cómic. Tenlo presente. Por lo que puede haber bastantes sorpresas al final.

Y con esto concluimos. Esperamos con este artículo haberte acercado un poquito más al cómic de “Flashpoint” y con ello haberte despertado cierta curiosidad para que vayas al cine a ver “The Flash”. Por nuestra parte, desde Akira Cómics anhelamos que esta película de DC sea el éxito que se espera y que, finalmente, rompa la mala racha del estudio en el cine, brindándonos la producción que unos héroes tan icónicos se merecen.