Fallece Frank Thorne, uno de los exponentes del cómic de fantasía épica

Sin más: a los 90 años nos dejó Frank Thorne. Las causas de su deceso no han trascendido todavía, pero con él se va una leyenda viva dentro de lo que es el cómic de fantasía épica. Y en Akira Cómics no lo olvidamos.

Desde 1948, año en el que comenzó su trayectoria, no dejó de dibujar. Todas estas décadas, una vida dedicada al cómic, han dejado una huella imborrable en su historia, trascendiendo las labores de las grandes editoriales.

Su legado más notable es Red Sonja. Al igual que se puede considerar a Neal Adams como el padre artístico de Batman, en el sentido de que fue el autor que terminó de definir su iconografía como superhéroe, Frank Thorne fue el padre artístico de Red Sonja, en tanto que es su representación de la heroína la que ha terminado trascendiendo las épocas.

En todo caso, Frank Thorne disfrutaba dibujando la figura femenina. Algo que no dejó de hacer pese a su avanzada edad. Él mismo decía que el público siempre le hacía comentarios sobre el atractivo de las mujeres que dibujaba y, cuando triunfó con su visión de Red Sonja, descubrió su nicho.

Comentaba que le decían: “’Continúa, tienes talento para mostrar a las mujeres. Así que deberías seguir haciéndolo’”, así que se lo tomó en serio: “ Lo he estado haciendo desde entonces ”. Y con singular maestría: mujeres muy atractivas… y fuertes, resueltas, independientes…

Frank Thorne era una de esas personas que parece que siempre supo dibujar bien: ya en su adolescencia vendía ilustraciones para las distintas revistas pulp del mercado, a lo que se añadía alguna colaboración puntual dentro de la industria del cómic hasta que consiguió su primera publicación periódica dibujando la tira cómica titulada “The Illustrated History of Union County”, que se publicaba en un periódico de Rahway, en Nueva Jersey.

En 1952, con 22 añitos de edad, comenzó a dibujar la tira dedicada a Perry Mason, y se incorporó a la editorial Dell/Western para dibujar versiones de Flash Gordon y Jungle Jim. Se adaptó enseguida, dado que su estilo estaba fuertemente influenciado por todo lo que había leído de Alex Raymond. Pero era consciente de que debía luchar para conseguir desarrollar el suyo. Y así lo hizo. Su labor fue merecedora del premio National Cartoonists Society, que recibió en 1963.

Esa evolución se va notando en su trayectoria en la editorial, hasta 1967, sobre todo en las tiras del Dr. Guy Bennet, y en las páginas de “Twilight Zone”, “Boris Karloff” o “Mighty Samson”, en cuyas historietas empezó a descubrir su gusto por el dibujo de fantasía y ciencia-ficción.

Pero esa meteórica evolución en su talento no dejó indiferente a nadie.

En 1968 abandona Dell y se une a la plantilla de DC Comics. Es en este punto donde vemos al Thorne que todos conocemos, con su estilo suelto, natural y de preciosas líneas curvas muy bien definidas.

Se hizo cargo de conocidas series como “El as enemigo”, “Son of Tarzan” o “Son of Tomahawk”. La rápida evolución de su trabajo le hizo merecedor el premio Reuben de la National Cartoonist Society. Pero su trayectoria no acaba ahí.

En 1975, Marvel tanteó a Frank Thorne para intentar lanzar a una figura relativamente nueva dentro de sus colecciones: Red Sonja. Se trataba de un personaje menor dentro del universo de Robert E. Howard originalmente dibujado por Barry Windsor-Smith para las aventuras de “Conan el Bárbaro”.

Thorne se encargó de una serie de episodios de prueba en la colección “Marvel Feature” que, merced a su calidad artística y a saber dotar al personaje de un estilo más dinámico, fuerte, fogoso e independiente, consiguieron el favor de crítica y público, haciendo merecedor al personaje de una serie propia.

Consiguió que Dick Giordano la dibujase para el siguiente número de “Marvel Feature” mientras que él se encargaba de lanzar su propia colección durante los 11 primeros números entre 1977 y 1979. Esta labor le hizo acreedor del Inkpot Award de la Comic-Con de San Diego en 1978.

Fue en esta etapa en la que dio rienda suelta a su característico estilo erótico. Se dio cuenta del talento que tenía a la hora de dibujar la figura femenina, y dio el salto a un mercado más underground: en 1978 fichó por Warren, editorial para la que dibujó otra característica heroína que era una versión opuesta de Red Sonja en tanto que mostraba un erotismo descarnado pese a ser otra hábil guerrera: Ghita de Alizarr. Una obra que le valió el premio a la mejor obra de Warren Comics.

A partir de ahí, se subió al carro de la fantasía erótica, publicando historietas para “National Lampoon” (“Danger Rangerette”), “Heavy Metal” (“Lann”, 1985) y “Playboy” (“Moonshine Mc Jugs”, 1991) .Esta última obra le hizo merecedor del Premio editorial de Playboy al mejor cómic.

Todas estas obras, y muchas más, se recopilaron en una obra llamada “The Erotic Worlds of Frank Thorne”, en la que se añadieron monográficos, galerías de bocetos e, incluso, fotografías. La publicó el sello Eros Comix de Fantagraphics desde el inicio de los años 90 del siglo pasado.

En esos tomos se recogen, también, las dos obras más controvertidas del autor: “The Iron Devil” y “Devil’s Angel”, de corte abiertamente pornográfico, siendo la segunda de ellas confiscada y juzgada en Oklahoma por posible apología de la pornografía infantil entre 1995 y 1996. También incluyó a otra heroína de fantasía heroica como Red Sonja, Ghita o Lann, llamada Ribit.

A finales de los años 90 abandonó la actividad editorial, aunque nunca dejó de dibujar y de regalarnos alguna obra como “Drawing Sexy Women” o “The Christal Ballroom”.

En fin, todo un personaje que tuvo la enorme suerte de disfrutar como nadie de lo que hacía para solaz de todos los amantes del Noveno Arte. Y, como siempre, en tu tienda amiga estamos para departir sobre su vida y obra.

Descanse en paz, y que la tierra le sea leve.