Eternals: crítica de la película de Los Eternos de Marvel

Ya está aquí la penúltima propuesta de Marvel Studios para este año: “Eternals”, la película que adapta el concepto del cómic de Los Eternos al cine. Chloe Zhao (“Nomadland”) es la encargada de llevar a la gran pantalla estas creaciones de Jack Kirby, que durante años fueron teloneros de lujo y estrellas invitadas de culto en la continuidad de Marvel Comics.

“Eternals” está protagonizada por Gemma Chan, Richard Madden, Angelina Jolie, Salma Hayek, Kumail Nanjiani, Lia McHugh, Bryan Tyree Henry, Lauren Ridloff, Barry Keoghan y Don Lee. Cuenta, además, con estrellas invitadas como Kit Harington (“Juego de Tronos”), Bill Skarsgård, Harry Styles y Patton Oswald.

La película, estrenada en Europa el 5 de noviembre de 2021, narra la historia de un grupo de alienígenas superpoderosos, llamados los Eternos, que son destinados a la Tierra por una entidad cósmica: el gigante celestial Arishem, creador de toda vida. Así, los Eternos llegan a nuestro mundo durante la Edad de Bronce, con el objetivo de velar por la especie humana, protegiéndola de una raza de depredadores conocidos como los desviantes.

La lucha de ambas razas de seres se expande a todo el planeta, alargando el conflicto durante cientos de años. Sin embargo, a principios del siglo XXI, tras décadas separados, el grupo de héroes vuelve a reunirse cuando una nueva amenaza se cierne sobre el mundo que han jurado proteger. Pero esta última reunión lo cambiará todo. 

Y, hasta aquí la sinopsis de “Eternals”. En las siguientes líneas haremos una reseña de la película, analizándola; pero también hablaremos de dos polémicas que han surgido en torno a su producción y que creemos que debemos matizar.

En primer lugar, hemos de decir que “Eternals” ha sido un cambio de marcha algo arriesgado. Se trata de una película bastante diferente a lo que Marvel Studios nos tiene acostumbrados. De hecho, supone visualmente un relato sobrio y más contenido que, sin ir más lejos, la fantasiosa y colorida “Shang Chi y la leyenda de los 10 anillos”. Pero, por otro lado, tampoco es la fría y espectacular del género de espías “Viuda Negra”. Plantea otra cosa distinta, que mezcla atmósferas y sensaciones tratando de conjugar épica y crítica religiosa con un lenguaje propio de la más dura Ciencia Ficción.

En general, llevamos ya un año y pico sopesando la afirmación de que la Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel es un proceso experimental a grandes niveles. No solo narrativos y de propuestas, sino también visuales. En este sentido, “Eternals” es una película que intenta hacer algo distinto. De hecho, no es de extrañar que haya quien incluso la compare con la “Liga de la Justicia” de Snyder o Whedon. Pero a eso ya volveremos más tarde. Por ahora, centrémonos en “Eternals” como título en sí.

De entrada, no podemos decir que “Eternals” sea una mala película, pero tampoco creemos que vaya a pasar a la historia como un antes y después en el género. Tiene elementos suficientes para aburrir como una ostra al público no acérrimo de los cómics y/o del cine largo (la “cinta” dura unas dos horas y cuarenta y cinco minutos).

Pero, por otro lado, tiene un halo de credibilidad que la hace funcionar y que, incluso, te hace abrazar la versión de Zhao de esta parcela del Universo Marvel, tan compleja y rica. Y, eso, sin mencionar el elemento hype que maneja al sugerir cuál será el futuro rumbo del UCM durante su historia.

Pero vamos por partes. En primer lugar: aquellos que esperen ver una lectura literal del cómic original de Jack Kirby, de la versión posterior de Gaiman/Romita Jr., o, incluso, de la serie regular actual de Los Eternos, mejor que se vaya olvidando. Van a ir de cráneo. Salvo en lo relativo a referencias visuales, que ahí están, estos Eternos no son los del cómic.

Obviamente, hay muchos conceptos narrativos adaptados. Pero también notables diferencias. Sobre todo en lo relativo a la relación entre desviantes y eternos. De hecho, su grueso tamiz de cinismo implícito bien podría hacernos pensar que estamos ante un “Ultimate Eternos” firmado por Mark Millar o Warren Ellis. Lo cual, por cierto, tampoco es casual. Recordemos que el Universo Cinematográfico de Marvel bebe, principalmente, del enfoque de “The Ultimates” y series de cómic surgidas alrededor de esta mini-serie.

Hemos de señalar igualmente que, si prescindimos de toda la mitología anterior sobre la que se sustenta, también estamos ante un filme que se disfruta. Es decir, no hace falta ir siendo un experto en Kirby ni el “quién es quién” en la línea cósmica de Marvel (en la que se encuadran estos personajes) para poder sacarle jugo. De hecho, incluso creemos que sabiendo lo justo, o algunas pinceladas, es la mejor manera de disfrutarla. Sobre todo, para no hacer comparaciones odiosas respecto a continuidades.

Opinamos por ello que “Eternals” debe verse como el producto de género híbrido que es: una película de ciencia ficción. ¡Más aún! Creemos que podemos señalar que es el título de Ci-Fi más dura y pura dentro de las producciones de Marvel Studios hasta la fecha. Tanto es así que muchos postulados, ideas, diseños de personajes y escenarios y figuras retóricas, claramente tienen una fuente en la literatura de Ci-Fi del pasado siglo.

Dicho de otro modo. Si “Guardianes de la Galaxia” es el “Star Wars (Space Opera) de Marvel”, “Eternals” podría ser una mezcla marvelita de “superhéroes” con “Valis”, “Odisea 2001” y otras obras del género que tratan temas sobre Dios, la Creación y el sentido de la vida. Aunque, por supuesto, de forma menos trascendental o sesuda en aras de generar espectáculo y hacerla más digestiva para un rango mayor de espectadores.

Abordando el nivel técnico, diremos que es un producto complejo. Chloe Zhao cuenta con una paleta inmensa de colores, pero no creemos que haga justicia a los de los cómics ni que le saque todo el partido. En su lugar, apuesta por cierta sobriedad y filtro azul, que acaba matando la espectacularidad visual que la cinta podría haber brindado. Una elección que llega de la mano de un CGI algo regulero en algunas secuencias (en particular en cierta lucha que se desarrolla en una cueva), que empobrece la puesta en escena.

Sin embargo, la buena elección de planos y la calidad actoral del elenco, que defiende con uñas y dientes el libreto, lo compensa. Ciertamente, el reparto es de primer nivel, desde Gemma Chan hasta Don Lee, y no podemos poner pegas. El cuerpo actoral nos transmite emociones muy gratas y, de alguna forma, nos hace sentir que ellos están a gusto en sus papeles, lo cual permite entrar al juego y hace más amable las casi 3 horas de película. Ahora, aquí hemos de señalar la gran pega.

“Eternals” es una película larga como un día sin pan. Tiene un ritmo plomizo e irregular. Algo que, por otro lado, es necesario para desarrollar el vasto trasfondo de sus personajes y todo el camino que han recorrido desde los albores de la civilización hasta el día presente.

En conjunto, este es el mayor sacrificio que debe hacer para poder contar algo tan complejo y enrevesado. Aunque admitimos también algunos agujeros de guion y puntos endebles en la construcción de su planteamiento. De ahí que su disfrute pleno dependa de los gustos del espectador, su paciencia y expectativas, para soportar la duración y el ritmo.

Una segunda pega son los malosos, o más bien, la falta de definición de ellos. “Eternals” recae en el “pecado original del UCM”, que es el de no trabajarse a sus villanos, relegándolos en su mayor parte a figuras nada memorables y meros recursos de opereta. Los desviantes pasan de ser una amenaza muy real y grandilocuente a un recurso narrativo sin peso. El hecho de que hayan sido privados de su personalidad original de los cómics y del trasfondo que los define resulta una pérdida para el UCM en esta Fase 4.

Por último, acabando esta sección de la crítica, hablaremos de la BSO, que poco a poco evidencia la intención de Hollywood de recuperar leitmotiv y la música como muleta de la narración. En detrimento de la tendencia actual, ostentada desde mediados de la primera década de este siglo, la tendencia de recuperar temas representativos (al estilo de los trabajos de Williams, Silvestri, Elfman o Shore) parece estar regresando.

En esta línea, Ramin Djawadi (“Juego de Tronos”, “Pacific Rim”, “Westworld”) hace una labor interesante, pero nada revolucionaria. Quizá futuras versiones de su trabajo inicial nos brinden un desarrollo más impactante de sus composiciones dedicadas a los Eternos. El tiempo lo dirá.

Vamos a abrir dos melones que han surgido en torno a “Eternals”. El primero es el de que se le ha acusado de ser parte de una campaña por la “integración gratuita” y obedecer a una doctrina política y de comunicación. Nosotros, tras haberla visto, solo podemos alzarnos de hombros y preguntar: “Bueno, ¿y qué?”

Llegados a este punto, no hemos visto nada en “Eternals” que nos pudiera chirriar en cintas de otras épocas respecto al momento en el que fueron estrenadas. Ciertamente, “Eternals” está protagonizada por intérpretes de numerosas etnias, culturas, identidades y orientación sexual. Ah, y también hay una entre ellos que es una Persona en Situación de Discapacidad (PSD), quien concretamente es muda. Y esto es un hecho.

Pero entendemos que esta decisión de producción obedece a la realidad social actual y a la necesidad de exponer ciertos temas y arquetipos existentes, atendiendo a la sensibilidad que hoy hay sobre estas cuestiones. Es decir, el mundo en su globalidad no se limita únicamente a un perfil homogéneo de personas de origen centroeuropeo, eslavo o mediterráneo, con plena funcionalidad o heterosexuales. Y esto quiere reflejar la película de los Eternos.

Ojo, que “Eternals” tampoco cae en la “gratuidad”. Incorpora estos personajes con perfiles y características diversas de una forma orgánica y natural. De hecho, el matrimonio gay que tanta polémica ha generado no se expone de forma provocadora, gratuita o de mal gusto. Todo lo contrario, se integra de una forma sencilla y sin artificios. Curiosamente, y en contraste, lo que sí nos llamó la atención es que esta película es la primera cinta de Marvel Studios en exhibir su primera secuencia de sexo heterosexual. Un detalle curioso, habida cuenta de cómo Disney y Marvel Studios se han cuidado mucho de no plantear abiertamente estas escenas en sus producciones.

Lo dicho. Creemos que la presencia de miembros del colectivo LGTBIQ, PSDs o personas de otras ascendencias no europeas, que son comunes y cada vez más presentes y representativas en los medios y en la sociedad occidental, no es sino un reflejo de la actualidad. Ir más lejos es perder el tiempo y buscarle “el traspiés al gato”.

Otro detalle que hemos de comentar son las acusaciones que algunos usuarios de RRSS y, en particular Zack Snyder, han hecho a la directora y a Marvel Studios al hablar de plagio.

Como antes decíamos, sí que se percibe un cierto poso de familiaridad entre algunas propuestas visuales del “Superman” de Snyder y el planteamiento del Ikaris de Zhao. Pero es que esto es lógico, ya que ambos personajes forman parte de un mismo ADN cultural. El superhéroe original de DC encarna el prototipo original de superhéroe moderno del cual el resto de los personajes posteriores de la industria han bebido, tanto visual como conceptualmente, de un modo u otro.

Entendamos esto como Grant Morrison comenta en su libro “Supergods”: Superman es una evolución de Hércules o de los dioses de la Antigüedad, trasladado a lenguaje de cómic. Partiendo de esta tesis, si los Eternos son una respuesta hipotética a que estos dioses en realidad fueron alienígenas superpoderosos, podemos entender que visualmente los Ikaris y Superman cinematográficos guarden semejanza estética.

No en vano, el Ikaris de los cómics es uno de esos tantos sosias de Superman que replican el arquetipo de personaje (héroe volador, fuerte, guapete, viril, etc.), como lo son Omniman, el Centinela, el Patriota… De ahí que su presentación en cine recurra a la solución más sencilla: partir de la encarnación más reconocida de Superman en la actualidad y perfilarla a partir de ahí para exponerla en pantalla.

Conscientes de ello, la propia Zhao y los guionistas se permiten admitir cierta semejanza entre ambos personajes, rompiendo la cuarta pared y bromeando en la narración con un chiste y una referencia a los personajes de la “Distinguida Competencia”.

Más allá de esto, tampoco saquemos los pies del tiesto. Mientras que “Liga de la Justicia” habla de un concepto de dioses (ángeles) y demonios desde un punto de vista judeocristiano y protestante, apostando por el tenebrismo pseudogótico, “Eternals” va por derroteros paganos, politeístas y visualmente más ricos. Por otro lado, el Superman de Cavill desarrolla el concepto del Mesías renuente, mientras que el Ikaris de Madden encarna el del fiel héroe soldado, leal hasta el final a la causa y valores que juró defender.

Más allá de esto, no creemos que se deba dar más pábulo a esta polémica insustancial. Máxime cuando los llamados “plagios entre Marvel y DC” son una constante entre ambas editoriales, al margen del cine. Pero de eso ya hablaremos otro día.

Y con esto llegamos al final de nuestra reseña de “Eternals”. Posiblemente, esta sea nuestra review más larga hasta la fecha. Así que, como esta larga película, podemos decir que hemos roto uno de nuestros récords en Akira Cómics.

Ahora bien, antes de despedirnos e invitarte a que vengas a vernos a la tienda (o nos contactes vía web o por RRSS) queremos recordarte que, si no has visto la película, te quedes hasta la escena postcréditos. Bueno, a las dos escenas. Ya te decimos que vas a alucinar si conoces el Marvel de los años 70.

Si nos preguntas, te diremos que creemos que los Eternos regresarán en “Guardianes de la Galaxia Vol. 3”, si no los vemos dejarse caer por la próxima película de Thor. Puede que nos equivoquemos, claro, y que todavía no volvamos a ver a estos dioses cósmicos hasta su próxima película, en la lejana Fase 5. Pero nos da en la nariz que su regreso está a la vuelta de la esquina.

En tanto, recuerda que tenemos otra cita marvelita en cines en diciembre, con la esperada “Spider-Man: No Way Home”, que podría suponer un punto de inflexión del hombre araña en el Universo Cinematográfico de Marvel.  Y eso, sin contar con el estreno en breve de la serie de “Ojo de Halcón” en Disney +, que no pensamos perdernos.