Dragon Ball: historia de su gran éxito (2)
Jesus Marugán
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Proseguimos contándote la historia de “Dragon Ball”. Hoy conoceremos mejor a su autor, su alcance como fenómeno social y la evolución de sus reediciones.
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Hace unos días, iniciamos un monográfico sobre la serie de “Dragon Ball”, un manga con versión anime que en poco tiempo conquistó el mundo entero, creando una base de fans fiel hasta el día de hoy.
En nuestro primer post de la serie exploramos el surgimiento de “Dragon Ball”, su rápida expansión internacional y el argumento de cada una de sus partes. Hoy nos centraremos en conocer mejor a su autor, comprenderla mejor como fenómeno social y explorar su evolución como serie. -
Dragon Ball: Akira Toriyama, el autor
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Toriyama es un mangaka nacido en Nagoya (Japón) en el año 1955.
En el año 1978 debuta en la revista de cómics semanal “Shonen Jump” con la obra “Wonder Island”. Posteriormente, logra bastante relevancia al crear “Dr. Slump” en los años 1980-1984, la obra que le va a servir de banco de pruebas para “Dragon Ball”.
“Dr. Slump” es un manga casi surrealista, donde el estilo de dibujo de Toriyama, algo caricaturesco pero con un trazo extraordinariamente limpio y claro, va a sentar las bases de su narrativa.
También de su forma de contar historias, que mezcla comedia y acción –aunque “Dr. Slump” lleva fundamentalmente comedia, hasta límites que rozan lo surreal. Por poner un ejemplo, su protagonista es una niña androide de nombre Arale, cuyo hobby es, entre otras cosas, perseguir cacas (si, no se trata de un error, hablamos de excrementos orgánicos que tienen patitas y se mueven). -
Muy influenciado por el cine de Jackie Chan, del que se declara fan, Toriyama decide cambiar de tercio y crear un nuevo manga donde el humor desenfadado y absurdo de “Dr. Slump” pueda convivir con las artes marciales y la acción.
De esa forma es cómo llega a “Dragon Ball” en 1984. Progresivamente, va mutando el estilo gráfico y narrativo de la obra, convirtiéndola en una montaña rusa de peleas, batallas de energías y villanos a cual más poderoso.
La popularidad creciente de este manga y el dinero que sus derechos de copyright generan con el paso de los años convierten a Toriyama en uno de los 3 mangakas más ricos de Japón (junto a Rumiko Takahashi y a Katsuhiro Otomo) y uno de los ciudadanos más poderosos del país.
Tras 11 años realizando “Dragon Ball”, cansancio y éxito llevan a Toriyama al retiro de facto. En años sucesivos, solamente se va a prodigar en el diseño de personajes del videojuego “Dragon Quest” y en algún que otro manga muy breve, como “Cuwa” o “Neko Majin”. -
Dragon Ball: el fenómeno social
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“Dragon Ball” comenzó a mediados de los años 80 como una serie manga más que posteriormente tuvo su contrapartida en la TV con el anime correspondiente.
Pero año tras año su popularidad fue creciendo gracias al boca a boca, primero por todo Japón y luego a lo largo y ancho del mundo. Esa popularidad se reflejó, por ejemplo, en el increíble incremento de las ventas en sus productos de merchandising.
A principio de los años 90, la práctica imposibilidad de encontrar un manga o imagen oficial de la serie en países como España promovió un intercambio de fotocopias y fanzines nunca visto antes en ningún cómic o producto pulp.
Rápidamente, la variedad de artículos creció de forma exponencial, expandiéndose en sectores como la ropa, el videojuego, la música o los artículos de regalo.
Fue en los videojuegos, sector incipiente a principios de la década de los 90 con las consolas Sega y Nintendo, donde “Dragon Ball” obtuvo el punto de lanza definitivo para penetrar en todos los sectores lúdicos del planeta. -
En este sector, “Dragon Ball” se diseñó como un juego de lucha de un jugador contra otro –al estilo popularizado por “Street Fighter II”– y se le dotó de un motor gráfico avanzado y de un modo historia que recorre las aventuras vistas en la TV y que sobre todo refleja las diferentes habilidades y magias que los personajes tienen en la serie.
Paralelamente, la carga picante de la obra y su posterior acción y nivel de violencia despertaron la crítica de los sectores más conservadores de la mayoría de los países occidentales.
España y USA fueron dos claros ejemplos de ello a lo largo de la década de los 90. Estos países ven que Dragon Ball representa una amenaza por parte de los productos lúdicos nipones hacia el mercado occidental.
También perciben una colonización cultural de un país distante como Japón hacia Europa y USA, algo que molesta y pone de uñas a diferentes sectores sociales occidentales, que no quieren ser culturalmente invadidos precisamente como nosotros habitualmente hacemos con otros países.
Rápidamente, “Dragon Ball Z” fue criticada por ser una serie con un nivel de acción y violencia gratuitos que, se supone, amenazaban a la educación y formación de los más jóvenes. De esta forma, asociaciones y estamentos sociales de corte conservador se sienten en la necesidad de intentar censurar o directamente cancelar las emisiones por TV de la serie.
Afortunadamente, el manga resistió ese intento represivo. No fue así con la serie, que en diversos momentos de la década de los 90 fue retirada de la parrilla de programación española por presiones que pretendían evitar las malas enseñanzas del anime. -
Evidentemente, el paso de los años y la llegada de productos populares de cine y TV con un nivel de violencia o crítica superiores a “Dragon Ball” pusieron en su sitio a este movimiento de censura que paulatinamente se fue diluyendo con el paso de los años.
Actualmente, el manganime y los videojuegos de acción se consideran un elemento cultural más de Occidente, aunque sean herencia japonesa. Y ya hay varias generaciones acostumbradas a consumir y convivir con este medio de entretenimiento.
En este contexto, “Dragon Ball” se ha convertido en una serie de culto masivo, conocida por casi la práctica totalidad de la gente menor de 40 años de cualquier país occidental, y con una penetración casi total en el sector de la consola de uso doméstico debido a lo espectacular de sus actuales versiones lúdicas. -
Dragon Ball: formato original
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En Japón, “Dragon Ball” se publicó en 42 tomos recopilatorios en blanco y negro –un formato al que se le suele llamar tankoubons– desde 1984 hasta 1995.
Esta obra recorre las etapas en que en anime corresponden a “Dragon Ball” y “Dragon Ball Z”, aunque en el manga no existe dicha barrera. El cambio de estado civil de Goku y el momento en que Son Gohan hace acto de presencia en el manga tienen lugar en el tomo 19.
Durante los volúmenes 24-28, el manga sufre un marcado bajón creativo.
En este momento, Akira Toriyama está a punto de desvincularse de la obra. Eso se traduce en una serie de aventuras enmarcadas en el planeta Namec que apenas tienen avance narrativo. Este largo momento lastra a la serie hasta que, de nuevo, el autor retoma las riendas del cómic a efectos creativos y remata la saga de Freezer.
La idea original de Toriyama es cerrar “Dragon Ball” con la muerte de Goku contra Célula al final de dicha mini saga, en el tomo 35 de la serie. Pero la editorial Shueisha, a golpe de talonario, le convence para prolongar la obra una saga más, la de Buu.
Así consiguen llegar hasta el tomo 42 y retoman parte del tono humorístico de los primeros volúmenes, combinándolo con los combates energéticos más espectaculares de la última parte del manga.
La transformación de Goku en Súper Guerrero nivel 3 y la fusión del propio Goku y Vegeta en Gojeta marcan el definitivo declive de la serie al mostrar un agotamiento de ideas traducido en un constante evolucionar de las transformaciones de los Súper Guerreros con el afán de ser más y más poderosos. -
Dragon Ball: reedición moderna
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Actualmente, en Japón “Dragon Ball” se encuentra reeditado en un formato de 34 volúmenes denominado “Ultimate Edition”.
Esta obra lleva coloreadas las primeras páginas de cada tomo en un esquema cromático bitono realizado por el propio Toriyama, y en esa extensión cubre los 42 volúmenes originales.
Este formato es el que podemos encontrar a la venta en España en estos momentos. -
Evolución del formato en España
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Cuando, a principios de la década de los 90, Planeta de Agostini logró editar “Dragon Ball”, no se imaginaba la cantidad de formatos, reediciones y ventas que lograría en los siguientes 20 años.
Se trata sin duda de un fenómeno sin parangón social en la historia del cómic en España y quizás de la de casi todo el mundo. Al fin y al cabo, estamos hablando de una serie de gran extensión (más de 8.000 páginas de cómic) que lleva en nuestro idioma ya 7 ediciones (sin contar la edición catalán) y unas ventas exageradas que no han decaído a lo largo de 4 lustros de presencia continuada en el mercado. -
Serie blanca (1991-1994)
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La primera serie publicada en España, con formato comic-book occidental y apenas 32 páginas.
Se trataba de 154 entregas de periodicidad semanal que cubrían la etapa de “Dragon Ball” entera y la de “Dragon Ball Z” hasta la explosión de Namec (llegaba hasta ese punto porque era el momento más moderno emitido en la TV de nuestro país).
Su nombre viene dado por la encuadernación blanca elegida por Planeta para esta colección. Sus ventas a lo largo de la década de los 90 fueron comparables a los éxitos Marvel y DC juntos. -
Serie roja (1992-1996)
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Se trataba de 58 entregas quincenales con portada en color rojo (de ahí su nombre), un formato también a lo comic-book occidental, con 48 páginas de extensión.
Aunque se editó simultáneamente a la serie Blanca, cubría la etapa justo a continuación de aquélla, esto es, desde el final de Namec hasta la saga de Buu.
Esta serie ha batido todos los récords de la historia del cómic de este país, teniendo unas ventas sostenidas de más de 100.000 ejemplares por número. -
Tomos blancos (1995)
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Por primera vez, se reeditó la serie en los 42 volúmenes originales japoneses, más compactos y pequeños, sin hacer distinción entre una etapa y otra.
Su éxito fue tan arrollador que rápidamente Planeta se planteó una reedición de los mismos aprovechando la entrega de la década del 2000. -
Serie amarilla y serie azul (1998)
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A finales de los 90, Planeta se planteó reeditar de nuevo toda la Serie Blanca y la Serie Roja de “Dragon Ball” como complemento a los volúmenes.
Su idea era cambiar los colores de portada de ambas colecciones, una de blanco a amarillo y otra de rojo a azul, pero manteniendo formato, maqueta y numeración.
Ambas reediciones rápidamente revivieron los éxitos editoriales de sus respectivas predecesoras. -
Tomos amarillos (2002)
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De nuevo se trata de los 42 tomos originales, pero esta vez la portada en lugar de blanca es amarilla, para distinguirlos. Además, esta versión presenta una marcada bajada de precio que se refleja en un nuevo aumento de las ventas que en varios años amenaza con agotar la tirada.
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Edición Ultimate (2006- )
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A mediados de la década del 2000, Planeta de Agostini se plantea una nueva edición de la serie. Esta vez se trata del formato Ultimate con el que “Dragon Ball” está actualmente presente en el mercado japonés, siendo 34 tomos (un poco más gruesos) en lugar de los 42 originales.
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Esperamos haberte ayudado comprender un poco mejor la dimensión y el alcance de “Dragon Ball”. ¡No te pierdas el siguiente post de la serie!
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Lee la serie completa aquí:
- Dragon Ball: historia de su gran éxito (1)
- Dragon Ball: historia de su gran éxito (3)
- Dragon Ball: historia de su gran éxito (4)
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