Crítica de “The Flash”

El Universo Extendido de DC, el homólogo del Universo Cinematográfico de Marvel, va echando el cierre. A falta del estreno de la película de Blue Beetle y la secuela de “Aquaman”, la llegada de “The Flash” a las grandes pantallas de todo el mundo va rubricando el fin de una etapa. Recordemos que el Universo DC en cines se reiniciará en unos años, con James Gunn (“Guardianes de la Galaxia”, “El Pacificador”) al frente de la producción del reboot de Superman.

Pero vayamos paso a paso, que ya estamos adelantando acontecimientos otra vez.

“The Flash” es una adaptación bastante libre del crossover comiquero “Flashpoint” (del cual te hablamos recientemente en otro artículo). La historia arranca tras los sucesos del cómic precuela “Flash: El hombre más rápido del mundo” y sigue los pasos de Barry Allen (Ezra Miller), más conocido como el superhéroe velocista Flash.

En la ficción, Flash se ha consagrado como una figura pública, militando en la Liga de la Justicia tras la reunión del grupo en su película. Es un aliado fiable de Batman (Ben Affleck), con el que colabora de forma habitual, y tiene el respeto de los medios y de los ciudadanos.

Sin embargo, en su vida privada Allen es muy desdichado, debido a un traumático suceso de su niñez.  Por ello, el héroe cae en la tentación de utilizar sus poderes al máximo para retroceder en el tiempo y cambiar el pasado. Esta egoísta decisión, aparentemente inocua, sentenciará no solo su propio mundo, sino incontables realidades del Multiverso DC.

Y hasta aquí la sinopsis. No te vamos a hacer más spoilers. Pero sigue leyendo, porque te vamos a dar nuestra valoración en los siguientes párrafos.

Sí, así de contundentes somos. Pero no es para menos, porque, desde hace mucho tiempo, Warner ha estado dando palos de ciego sobre cómo adaptar DC Comics con nulo éxito y a las pruebas nos remitimos:

La compañía ha estado nadando entre los complejos de sus ejecutivos, la falta de una cabeza que unificara criterios y el deseo de emular a Marvel Studios, sin encontrar su propia voz. Lo que al final ha generado dislates de montajes como el “Escuadrón Suicida” de Ayer, el destape de la vergonzosa verbena de trapos sucios en torno al estreno en HBOMax de la “Liga de la Justicia de Zack Snyder” o la descarada ausencia de color de sus producciones para imponer el enfoque del Batman de Nolan por sistema a cualquier otro superhéroe.

Y, aunque, hemos tenido interesantes propuestas como “Aquaman” o las primeras pelis de Wonder Woman y de Shazam, por lo general, el saldo total ha sido muy negativo. Máxime, en los últimos años tras la pandemia. Pero con “The Flash” parece que finalmente han conseguido revertir la tendencia a la baja.

Tenemos ante nosotros una cinta que compagina acción y tragedia, equilibrando ambos sin romper las escenas. No tenemos todo el rato un crujir de dientes y llanto, ni tampoco una visión cargada de violencia y de excesos. Se nos presenta una diversidad de características, con personajes polifacéticos, que interactúan y se complementan entre sí de forma natural y creíble (dentro de los límites del género), y a partir de ahí se juega de forma muy flexible con los recursos narrativos propios de este tipo de cine.

Al hilo de esto es importante señalar que el humor está muy presente en “The Flash”. Y este no intenta replicar las gracietas de Marvel Studios, sino que busca su propio tono, bastante acorde con el de los cómics en los que se inspira, por cierto, y es fiel a él. Además, también sabe cuándo echar el freno, y cuál es su papel –el de aliviar la tensión del drama. Por ello aplaudimos el trabajo del director y sus guionistas al saber mezclar en sus justas dosis drama, emoción y risas.

En otro apartado, tenemos un uso fabuloso del color. El director Andy Muschietti es plenamente consciente de que estamos en una peli de superhéroes y de ahí que integre una paleta de colores rica y variada, con distintas atmósferas. También adopta los colores y los filtros de diversas producciones anteriores como propios, elaborando un cuadro híbrido muy curioso. Es decir, integra de una forma creíble los eventos de cintas como “El Hombre de Acero” de Snyder o los escenarios y diseños del “Batman” de Tim Burton en una misma película sin que haya una ruptura estética abrupta. Todo lo contrario: nos presenta una amalgama orgánica plenamente funcional que expone visualmente algo que venimos diciendo desde hace mucho: que el Universo DC en los cómics es tremendamente rico y variado en lo tocante a estéticas y enfoques y que va más allá del Batman hiperrealista de Nolan y de Reeves.

Luego, tenemos también que hablar de un reparto que funciona perfectamente. Ezra Miller, polémicas aparte, vuelve a demostrar que conoce su profesión y que es un actor muy solvente. Borda las interpretaciones de las dos versiones concurrentes del mismo personaje. Él solo aguanta el tirón y sostiene el peso de la película.

En contraste, Michael Keaton, lejos de robar escenas (como bien podría haberlo hecho) adecua su interpretación a la de secundario de lujo, siendo un gozo volver a verle. Sobre todo porque su Batman sigue siendo fiel a la caracterización noventera, pero se actualiza con un lavado de cara que le hace funcionar como la seda en pantalla. Aunque tampoco diremos que el de Affleck nos amarga el dulce, sobre todo con su impresionante versión gris y azul, expuesta al inicio del filme.

¿Y qué podemos decir del resto del equipo? Todos están donde deben estar y nadie nos sobra. Aunque sí que hemos de decir que Sasha Calle nos resulta un pelín desaprovechada, pues creemos que la actriz podría haber tenido un uso un poco más elaborado y su personaje un trato más amable por parte de los guionistas. De hecho, creemos que está tan desperdiciada que nos gustaría que recuperasen a la actriz para encarnar nuevamente a Supergirl en un futuro.

Por cierto, ya sabes lo que pensamos del nivel de fidelidad que las películas han de tener cuando adaptan un cómic. En este punto solo diremos que, aunque no es una adaptación fiel de “Flashpoint” (tampoco puede serlo), resulta bastante simpática y acertada. Sobre todo con los guiños a “Crisis en Tierras Infinitas” y a las películas clásicas (y algunas ni siquiera estrenadas) de DC. 

En conjunto, como adaptación diremos que está muy, muy bien. Algo nada fácil tras prescindir del Flash Reverso, de Superman, de Thomas Wayne y de la guerra entre Atlantis y las Amazonas. Que habiendo cortado tanto la película funcione es para que asintamos y elevemos el pulgar a modo de aprobación.

Solo le podemos sacar el defecto de un mal uso de tiempo y un par de escenas bastante mal articuladas, con tiempos mal medidos. Pero, por lo demás, no podemos quejarnos de cómo está construida esta película.

Y, hechas estas consideraciones de forma, vamos a hablar de un concepto que nos sabe mal tratar: su fondo. Que es su principal problema.

Si bien no nos disgustaron las dos últimas películas de DC (es decir, “Black Adam” y “Shazam: La furia de los dioses”), hemos de admitir que son producciones bastante facilonas y muy por debajo de “The Flash”. Esta última es la que recupera por todo lo alto la honrilla perdida por las últimas producciones de Warner dedicadas a DC.

Porque ya lo hemos dicho y lo repetimos: “The Flash” es una película bastante bien articulada, con un guion que tiene solo un par de agujeros menores (salvo para los tiquismiquis de siempre) y en donde su reparto y su director saben hacer muy bien su trabajo. Más aún, se percibe en ella un cariño tanto por los cómics y el material del que bebe como por las producciones audiovisuales sobre estos.

Pero llega en un momento muy feo para DC, con una gran incertidumbre sobre el futuro de muchas de sus estrellas (como el propio Ezra Miller, sin ir más lejos) y con el reboot de todas sus franquicias a la vuelta de la esquina. Por tanto la sensación que deja su visionado es la de que supone un sacrificio inútil, un desperdicio de talento y buenas ideas, vaya. De ahí que sea un trago agridulce.

Para lastrarlo más, se apoya en un concepto sobado ya por Marvel Studios y Sony, y previamente por las series de la cadena de The CW dedicadas a DC (“Arrow”, la serie televisiva de “The Flash”, etc.): el efecto nostalgia y la fiesta del multiverso.

A modo de ejemplo, la reciente película animada “Spider-Man:Cruzando el Multiverso” ya ha recurrido a esta idea, recuperando a versiones antiguas de Spidey. Algo que previamente ya había realizado también “Spider-Man: No Way Home” al juntar en pantalla a tres generaciones de actores del Trepamuros. Algo que, por cierto, extendemos igualmente a cuando The CW recuperó al Flash de los años 90 (con su viejo traje incluido) para ponerlo junto a la versión moderna del héroe en la serie.

Por eso, “una adaptación Flashpoint” como esta ocurre casi a destiempo, cuando a su alrededor tenemos muchos productos que han replicado la fórmula de distintas maneras posibles.

Incluso a pesar de la correctísima ejecución del efecto nostálgica y de conjugarlo con la idea de que hay muchos universos alternativos, no vemos nada nuevo en el planteamiento. Por eso, “The Flash” nos parece la reiteración de un tema con el que el público generalista ya está demasiado familiarizado. Lo cual nos entristece mucho, porque (sin hacerte destripes) los guiños al pasado de DC en el cine que vemos en esta película son muy bonitos y uno de los detalles más agradecidos que hemos visto en mucho tiempo.

Que todo esto vaya a caer en saco roto de cara al reboot es lo que nos hace lamentar que se haya hecho una película tan maja que, en un principio, solo conduce a un callejón sin salida. Y decimos que conduce a un callejón porque no se concreta ni se explica realmente si los efectos de “The Flash” tendrán como consecuencia o no el reinicio de las películas de DC, dejando esto último a la libre interpretación del público.

Concluimos diciendo que “The Flash” nos ha gustado. Para que no haya dudas. Además, destacamos otro valor: su relación con el pasado y el futuro de DC en el cine no va a ser muy importante. Por eso, puede verse como una producción independiente sin tener que haber visto una docena de películas anteriores para entenderla. Esto la convierte en una recomendación para todo aquel espectador que no tenga un conocimiento exhaustivo del cine de superhéroes.

Por lo pronto, nos despedimos. Tan solo esperamos desde Akira Cómics que “The Flash” te haya gustado tanto como a nosotros y que te haya animado a leer más cómics sobre el “hombre más rápido del mundo”, uno de los grandes héroes de DC.