Crítica SIN SPOILERS de Thor: Love and Thunder
Jesús Delgado
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“Thor: Love and Thunder” ya está en cines. Y nosotros reseñamos la película de Taika Waititi para Marvel Studios que protagonizan Chris Hemsworth y Natalie Portman.
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Ya ha llegado el día: “Thor: Love and Thunder” se ha estrenado. Tras su paso por “Thor: Ragnarok”, Taika Watiti (“Lo que hacemos en las sombras”, “JoJo Rabbit”, “Nuestra bandera significa Muerte”) regresa a Marvel Studios para contar una nueva aventura del dios nórdico del Trueno: El Poderoso Thor, quien vuelve por partida doble.
Es decir, en esta ocasión no solo tendremos al Thor titular, encarnado nuevamente por Chris Hemsworth. No, también contamos con una Poderosa Thor, a la que da vida Natalie Portman, quien retoma su rol de Jane Foster, erigiéndose como la alter-ego y versión femenina del dios.
Ambas encarnaciones de la divinidad deberán unir fuerzas cuando aparezca en escena Gorr (Christian Bale), un asesino de dioses que se dispone a borrar de la faz del universo a toda divinidad existente en el cosmos, ya sea con la hoja de su espada o con cualquier medio a su alcance.
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Y no te contamos más por si todavía no has ido a verla, puesto que no queremos estropearte la cinta con SPOILERS. Lo que sí haremos, como viene siendo habitual, es hacerte una crítica de ella para que sepas qué puedes esperar si pretendes ir al cine pronto. Con ello, esperamos que te entren ganas de pillar tu entrada para “Thor: Love and Thunder” más pronto que tarde.
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¡Waititi desatado!
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Empezaremos hablando de lo que muchas críticas envenenadas ya han señalado, cargando sus tintas contra “Thor: Love and Thunder” y Waititi. Aquello que parece que de forma común está siendo el defecto (pecado mortal, según a quién le preguntes) de esta película: su humor.
En este caso preguntaremos a quien se ofenda precisamente con las gracietas del director: ¿Acaso no sabíamos a lo que veníamos?
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Ofenderse con Waititi por sus salidas de tono, su irreverencia, surrealismo, decadencia épica y discurso iconoclasta es lo mismo que enfadarse con Tim Burton por su estilo narrativo y visual o con Sam Raimi por sus vicios adquiridos tras más de 40 años de carrera. ¡O, ya puestos, con Michael Bay por sus manoseadas explosiones y giros de cámara!
Por mucho que la película lleve el sello de Marvel Studios, esta “Thor: Love and Thunder” no es sino un filme de Waititi, al que el estudio le ha dejado divertirse y jugar con sus juguetes a sus anchas. Aunque, eso sí, se aprecian esos cortes de un metraje que, según los rumores, se prolongaba la friolera de cuatro horas. Y, sobre todo, la ausencia de más escenas para diversos personajes y actores, cuya presencia al final ha quedado cortada.
Al final, esto lleva a una réplica algo más floja de la fórmula de “Thor: Ragnarok”, que hizo rentable y atractivo al que fuera el personaje “más soso” y peor valorado de la Fase 1 del Universo Cinematográfico de Marvel.
Porque sí, tanto “Thor” como “Thor: El Mundo Oscuro” fueron filmes que trataban de adaptar con cierto grado de fidelidad los cómics originales de Stan Lee y Jack Kirby y elementos que debemos al periodo de Walt Simonson… Pero su resultado en crítica y taquilla dejó mucho que desear y, en las dos primeras de los Vengadores, Thor era poco más que el músculo de refuerzo para Hulk, un Adonis sin chispa que andaba perdido entre el carisma de Tony Stark y el halo heroico de Steve Rogers.
No fue hasta la llegada de Waititi que el superhéroe de Chris Hemsworth se reforzó hasta convertirse en uno de los pilares más atractivos del actual UCM. Por mucho que (nos) pese a los puristas del cómic.
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Ahora, que ciertamente “Love and Thunder” sobreexplota la fórmula planteada en “Ragnarok” es algo que tampoco podemos negar. Como no ignoramos que, a veces, los chistes se pasan de frenada y cortan la acción. Aunque, claro esto último forma parte del juego y, como ya hemos dicho: conocemos al director y sabíamos lo que nos podía dar.
Y si, llegados a este punto, no te gusta este tipo de cine… entonces te aconsejamos que consumas otro tipo de películas y te ahorres el soponcio. Será lo mejor para tu paz mental y tu disfrute.
Hecha la anterior consideración, hemos de señalar que no tenemos a “Thor: Love and Thunder” por una payasada continua. Creemos que el humor en este caso es el vehículo para aliviar la tensión enmascarando un tema central que, en ocasiones, queda difuminado pero que se dibuja y perfila bastante bien de principio a fin: la pérdida de amigos y familiares y la forma de lidiar con ella.
Engañándonos desde su premisa, “Thor: Love and Thunder” no es una película de romance, venganza, autorrealización, de lucha contra una muerte inevitable y una crítica contra las religiones en última instancia. Hay mucho de eso, pero el tema central es la pérdida de los seres queridos y cómo cada cual la supera, la afronta y sigue hacia adelante lo mejor que puede. ¿El resto? Los combates, el amor perdido y recuperado, los dioses y los guiños al cómic… solo son recursos para desarrollar el tema central del argumento, a modo de fábula.
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Es decir, Waititi ha vuelto a jugar con nosotros, proponiéndonos un espectáculo de luz y superhéroes con el que nos narcotiza, para acabar contándonos algo serio que, con otros recursos, podría haber sido material de llantina. Quizá, en su intento de hacernos tragar la medicina sin sufrir, se haya pasado de gracioso. Pero se lo perdonamos y hasta lo aplaudimos.
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¡Este no es el Thor de Jason Aaron…
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…. , ni pretende serlo!
También hemos de hablar de un detalle importante y es el tema de la fidelidad. Quien se esperase una lectura literal del “Thor de Jason Aaaron”, va de cráneo. Si no ha quedado claro ya cuando hemos hablado del humor, ahora lo recalcamos. Esta historia no va sobre “El Indigno Thor” ni mucho menos. Ese no es el tema central de la obra, del que ya se trató en “Ragnarok” y en “Endgame”, a grandes rasgos. Aunque sí se habla un poco del tema de la dignidad y la valía.
En general, hemos de entender que Waititi adapta de forma libre pero inteligente tres volúmenes de cómics de la etapa de Jason Aaron al frente de Thor. Estos son: 1. “El Carnicero de Dioses”. 2. “Thor: Diosa del Trueno” y 3. “La Muerte de Thor”, cuyas reseñas puedes leer en los artículos dedicados al Thor de Jason Aaron, la etapa de la Poderosa Thor y al final del viaje de Jane Foster como Diosa del Trueno.
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Aunque, eso sí, ya te decimos que son adaptaciones MUY LIBRES y que solo toman de estos cómics algunas ideas y no son una lectura literal de ellos. Por lo que, si te los has leído, ya te decimos que no vas a encontrarte casi ningún giro argumental cruelmente destripado y que precisamente la libertad creativa nos lleva a derroteros algo inesperados. Una decisión que coincide con nuestro parecer a este respecto, ya expuesto en nuestro blog sobre fidelidad al cómic, pues evidencia conocimiento y respeto del material original.
Con todo, se ve mucho cariño hacia el trabajo original de Aaron, Russel Dauterman y Esad Ribic. Los guiños y referencias están ahí y hay detalles muy interesantes que son homenajes no solo al guionista y dibujantes de la década de cómics que se toma como referencia central, sino que también rescatan personajes del cosmos Marvel clásico, cuya aparición en las películas se estaba demorando ya demasiado y cuyo futuro en el cine resulta cuanto menos prometedor.
Dicho esto, también hemos de hablar del Gorr de Christian Bale. No es el Gorr de los cómics. Ni su apariencia ni su personalidad casan con las del original, ni falta que le hace. Se trata de un antagonista/villano bien dibujado, con motivaciones claras y cuyos objetivos están sobradamente definidos. Trasciende el rol de villano de opereta y de conquistador impasible, que venían lastrando los personajes en este rol en las películas de Thor, y se postula como una pesadilla vengativa hecha de pura oscuridad.
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¿Podría habérsele sacado más partido? ¿Ser más aterrador y cruento si cabe? Posiblemente. Pero entonces no habría sido el apropiado para el tono y el enfoque de la cinta. Y delimitado por las propias bases impuestas por Waititi, todavía así el Gorr de Bale se encumbra como uno de los mejores “malos” del UCM hasta la fecha.
Concreto, bien utilizado y defendido por su actor con uñas y dientes. Dudamos que sea un papel de galardón, pero Bale realiza una interpretación pavorosa, muy profunda y cargada de matices e, indiscutiblemente, se postula como el plato fuerte de “Thor: Love and Thunder”.
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Diversión ligera y acción trepidante
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En un sector en el que estamos (mal) acostumbrados a que por sistema toda película de superhéroes sea revolucionaria y cambie radicalmente las bases del género, “Thor: Love and Thunder” se erige como producto continuista, sin mayores ambiciones más allá que las de entretener, hacer reír y emocionar a su público.
Y lo consigue. -
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Su elenco está donde tiene que estar. Chris Hemsworth saca provecho de su enorme vis cómica, explotando su faceta de clown torpe y bonachón, en contraste con una Natalie Portman cuyo personaje se redime y trasciende del rol de “novia del héroe” y “dama en apuros”. La química entre ambos actores es muy fuerte y nos brinda momentos emotivos, de los de sonreír cómplicemente. De hecho, que ella se siente cómoda en el papel es algo que se palpa a lo largo de toda la película.
En paralelo, el resto del elenco se defiende y, sin destacar, cumplen con sus papeles de comparsas en esta gran farsa con tintes mitológicos, divirtiéndose en el proceso. Desde Russell Crowe hasta Tessa Thompson o el propio Waititi en el papel de Korg (pasando por los Guardianes de la Galaxia en calidad de artistas invitados), todos disfrutan como enanos de su trabajo, haciendo el ganso, y eso se lo transmiten al público quien no puede evitar sumarse a las risas y entrar al trapo.
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A eso hemos de sumar unos escenarios soberbios y bellísimos. Una fotografía a la altura de los filmes de Marvel Studios y un tratamiento del color que convierte la mayor parte de sus fotogramas en cuadros llenos de espectacularidad y vida. Y tampoco dejemos de lado al departamento de vestuario, que hace una labor de quitarse el sombrero.
Es decir, “Thor: Love and Thunder” refleja magistralmente la naturaleza de los cómics de Thor, a medio camino entre lo cósmico y lo mitológico.
¿Y qué decir de la música? Podríamos hablar del uso anecdótico del “Welcome to the Jungle” de Guns N’ Roses. Pero, la verdad, la palma se la llevan Michael Giacchino y Nami Melumad, cuyas composiciones se tornan nuevamente en uno de los grandes valores de una producción de Marvel y Disney.
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Admitimos algunos fallos de raccord puntuales y también giros torpes en su argumento, que se podrían haber solucionado de forma más ágil. También vemos algunas decisiones que apresuran la acción. Pero, con todo, las dos horitas de película pasan volando y casi ni te enteras.
Concluyendo, “Thor: Love and Thunder” no es la película del año, ni la mejor de Marvel Studios. Ni tampoco se arroga ese título. Es una producción de tránsito (nos jugamos una mano a que habrá “Thor 5”) y sirve para hacer crecer un poquito más al Dios del Trueno. Es un estreno veraniego para meternos en el cine, no pensar y salir de la sala con una sonrisa y con una sensación de haber dedicado dos horas de nuestra vida a pasárnoslo bien.
Da lo que promete: mamporros, acción, aventura, humor irreverente y surrealista (que no facilón, cuidado) y muchos guiños a los cómics. Además, se permite concesiones argumentales (de las de enfurruñar a los supuestos adultos para los que no puede haber ni siquiera un giro infantil/juvenil) y abre la puerta para el futuro de Thor.
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¿Qué más podemos pedir? A nosotros, desde Akira Cómics, poco más. Salvo quizá echarle un vistazo a los cómics originales del personaje o volver a repasar sus películas en el UCM. O, ¿por qué no?, ambas cosas.