Alex Ross: Cuando el cómic se hizo de carne y hueso

Si ves el nombre de Alex Ross en la portada de un cómic, acreditado como autor, ya sabes que el cómic va a ser bueno. Y si las portadas las hace él, por lo pronto la historia podrá ser floja o las ilustraciones no ser de lo mejor, pero ya le vas a dar una oportunidad solo por tener una ilustración suya.

Sí, a casi nadie le disgusta Alex Ross, un ilustrador que saltó a la fama en 1994 con la publicación de “Marvels”, junto al guionista Kurt Busiek. En dicho cómic se narra el origen del Universo Marvel durante la Edad de Oro (años 40) y la Edad de Plata (años 60 y principios de los 70), siguiendo el rastro de los principales héroes de la editorial a través del testimonio de un fotógrafo de guerra.

La técnica de Ross fue rompedora y revolucionaria para la época. Mediante el uso de acrílico (pintura tradicional) y tinta, representaba a los personajes con un aspecto fotorrealista, lo que nos permitía ver cómo serían los superhéroes si fueran de verdad. Incluyendo sus uniformes de lycra, cuyo acabado se alejaba del realismo de presentación de las películas.

Esta atrevida propuesta supuso un soplo de aire fresco en un mercado saturado por héroes cyborg paramilitares, personajes barrocos y de estética espectacular y un pobre nivel argumental que lastraba el mundo editorial.

El éxito de “Marvels” consagró casi al instante a Ross, que desde entonces se ha convertido en el más cotizado portadista de las principales editoriales norteamericanas, a pesar de no haber descuidado su faceta de ilustrador de interiores, de diseñador de numerosos personajes del cómic y de guionista.

Así, en el siguiente artículo, vamos a hablarte de la carrera de Alex Ross y de su trayectoria. Lo que en él te contaremos se puede compaginar perfectamente con el top de cómics realizados por este artista que hace tiempo te propusimos.

Gracias a ambos contenidos, seguro que la figura de Alex Ross te va a resultar mucho más accesible. Pero, antes, hablemos un poco de su técnica.

Para empezar, hemos de entender que no se puede comparar a Alex Ross con otros dibujantes e ilustradores como Romita Padre e Hijo, Jack Kirby, John Buscema, Neal Adams o John Byrne, por citar algunos autores cuyas biografías puedes leer en nuestro blog.

Aunque Ross está familiarizado con la narrativa del cómic, conoce el medio y ha demostrado sobradamente su solvencia desenvolviéndose en este tipo de encargos, estamos ante un artista más cercano al retrato que a la caricatura. Y esto no lo convierte ni en mejor ni en peor que sus colegas de profesión. Tan solo en un artesano que se dedica a producir otro tipo de arte con otros fines, el cual adopta habitualmente la forma de cartel o de portada destinada a números especiales de tebeo.

Hecha esta consideración, señalamos categóricamente que Alex Ross es un gran artista y una joya viva del Noveno Arte, del que damos gracias por su trabajo. Pero las comparaciones con otros ilustradores resultan feas e innecesarias, pues debe valorarse como lo que es y en su medida y lugar.

Para entender como trabaja, hemos de atender a que toma muchas referencias para su trabajo. Al igual que hacen otros muchos autores, ojo. Entre ellos, podríamos señalar a Salvador Larroca, que toma sus figuras customizadas como referente. Y no es el único dibujante en hacerlo. Pero Ross va unos cuantos pasos más allá.

Ya sea fotografiándose él o a amigos con ropa y en poses idóneas para sus cuadros, el ilustrador toma referencias que le permiten representar de forma muy detallada anatomía, expresión facial y corporal, pliegues y arrugas en la vestimenta y un larga de lista de elementos que resaltan el “realismo” de sus composiciones. 

Gracias a esto, también le es posible tomar referencias de cuál es la iluminación adecuada, qué tipo de sombras se proyectan o cuál puede ser el efecto visual (por ejemplo) de fuego saliendo de los ojos o unos rayos ópticos como los de Cíclope o Superman. Todo ello logra que sus ilustraciones parezcan estar vivas y estar a punto de saltar de las viñetas a nuestro mundo.

Pero, claro, esto también implica una dedicación y una atención casi obsesiva por las menudencias. Es decir, un ritmo de trabajo más lento y elaborado y que requiere plazos más dilatados si se pretende que realice algo más que un cartel o una portada. Que ya de por sí requiere un tiempo mínimo indispensable para lograr el resultado deseado.

Dicho esto, podemos empezar hablando de este hijo de Oregón criado en Texas, de cuya vida privada se sabe lo más anecdótico. Aunque por distintas entrevistas se conoce la influencia que Bernie Wrightson o Romita padre ejercieron sobre él en su juventud y que la técnica de dibujo la desarrolló inspirado por su madre, artista publicitaria de profesión.

Además, se conoce que también ha estado implicado en numerosas campañas humanitarias, ya sea donando dinero para los damnificados durante el 11-S o participando en una iniciativa en favor de los refugiados por la guerra en Ucrania. Y eso sin contar con su activismo político, con carteles criticando la política de ciertos dirigentes conservadores y apoyando a candidatos demócratas.

Pasando de puntillas por estos elementos referidos a su ámbito personal, hemos de hablar de su carrera, pues si bien la gente lo asocia inmediatamente a “Marvels”, considerando esta su primera obra, en realidad Ross no llegó a la Casa de las Ideas como debutante.

Ya a principios de los 90 había metido la cabeza en la industria, realizando una miniserie de la franquicia “Terminator” para la extinta Now Comics, a la que le siguieron algunos encargos más.

De ahí que contactara con Kurt Busiek y entre ambos pergeñaran una visión distinta del Universo Marvel, una vista a pie de calle por un hombre corriente que sería testigo del surgimiento de los héroes más importantes de la editorial a lo largo de treinta años. Había nacido el éxito de “Marvels”.

Ahora bien, esto solo fue el primer paso que les sirvió a ambos artistas para ganarse unos galones con los que defender su trabajo. Así, en 1995 ficharon por Image, conocida entonces por ser la “gran editorial de los autores independientes”. Bajo este sello lanzaron su bebé: “Astro City”, una heredera espiritual de su anterior trabajo. Busiek guionizó, Ross diseñó los personajes y realizó las portadas, mientras que Brent Anderson se convirtió en el ilustrador principal.

En 1996, Ross dejó la humanización de los superhéroes y fichó por DC para realizar con Mark Waid el afamado “Kingdom Come”  (cuya reseña puedes leer aquí), que planteaba la dicotomía entre los valores tradicionales de los superhéroes y el giro tenebrista hacia la moralidad gris de los años 80 y 90. Todo a modo de apocalipsis con tintes bíblicos, cuyas secuelas… dejemos en que no estuvieron a la altura.

Para entonces, Alex Ross se había consagrado ya como un valor y un talento único en la industria. Cuatro Eisner ganados en los tres últimas ediciones consecutivas así lo atestiguaban. Y DC Comics tomó buena nota de ello, encargándole el dibujo de la fábula de Steve Darnall titulada “Tío Sam”, en la que se satirizaba a EEUU mediante la crítica social surrealista.

Después de eso, Ross estuvo metido durante varios años en un largo proyecto junto a Paul Dini que representó los temas centrales de los superhéroes más importantes de la editorial (“Superman: Paz en la Tierra”, “Batman: Guerra contra el crimen”, “Wonder Woman: El espíritu de la verdad”, “Shazam: El poder de la esperanza” y “JLA: Libertad y Justicia”.

… es que no dejan de lloverte ofertas y no tienes ni un momento de respiro.

La popularidad de Ross y de su trabajo no ha bajado ni un momento desde que empezó el siglo XXI. Mientras creaba junto a Jim Krueger y John Paul Leon la trilogía de “Tierra-X” para Marvel, ofreciendo un futuro distópico de su universo y héroes, los medios generalistas se volvieron locos con él.

Ross se había convertido en una estrella y sus encargos no solo se limitaban al mundo del cómic. Al iniciarse el nuevo siglo ilustró las portadas de TV Guide basadas en “Smallville”; realizó concepts arts de trajes para la película original de “Spider-Man” de Sam Raimi, que fueron desechados al final; hizo las portadas de diversos discos de Anthrax… ¡Incluso diseñó un cartel para los Óscars! En los años siguientes, incluso desarrolló carteles promocionales y exclusivos para franquicias de éxito del mundo del videojuego como son Mortal Kombat o Assassin's Creed.

Y, sin embargo, en ningún momento dejó de lado el cómic, como demuestra su “Justicia”, co-firmado nuevamente junto a Krueger, o el “Vengadores/Invasores”, ya descatalogado. Además, también inició una larga relación con la editorial Dynamite, trabajando en numerosos títulos cuyo primer encargo fue el de “Project Superpowers”.

De hecho, aunque seguiría colaborando activamente con las “grandes casas del cómic”, ya fuera diseñando temporalmente un nuevo traje para Spider-Man o realizando portadas para eventos y números especiales, el interés creativo de Ross iría por otro lado: el ilustrador se vería arrastrado por el revival de los personajes de la Edad de Oro del cómic y del Pulp, realizando portadas y páginas interiores para la citada Dynamite.

Además, entre los trabajos de este periodo destacan su “Génesis”, un reencuentro con Kurt Busiek en el que ambos homenajearon al “Rey de los Comics”, Jack Kirby. Y, casi como colofón, regresó a “Marvels” para sus secuelas y tie-ins, tituladas “Marvel-X” y “Marvel”, en las que colaboró con otros talentos de la industria para expandir la premisa del relato original.

Y, hasta aquí llegamos. Si tras leer este artículo has descubierto que no conoces lo suficiente de Alex Ross y quieres ponerte al día con su obra, recuerda: en  Akira Cómics tenemos casi todo su trabajo que actualmente hay editado en España.

Además, si deseas ahondar en su técnica y trabajo, te recomendamos echar un vistazo a sus monográficos y obras de referencia, en las que se exhibe el proceso creativo de sus ilustraciones. Por eso, tanto si buscas cómics como obras dedicadas a su producción, solo tienes que hacernos una visita y nuestro equipo te orientará hasta las estanterías en las que lo tenemos atesorado.

¡Te estaremos esperando!